Domingo 12 de mayo 2024 | Contáctenos
El centro neurálgico de la industria editorial mundial recibió con festejos o caras largas el anuncio del premio Nobel de Literatura para al escritor peruano. Una injusticia reparada, una tribuna de oro para la derecha: aquí las primeras reacciones recogidas desde la mayor feria del libro del planeta.
Como si se tratara de la final de la Copa del Mundo, los periodistas enviados al centro neurálgico de la industria editorial mundial seguían el acontecimiento amontonados delante de una pantalla plana gigante instalada por la organización de la feria. Como nadie o casi nadie hablaba sueco, el anuncio del ganador por parte de la Academia continuó siendo un misterio para todos, menos para los oídos de los reporteros hispanohablantes, que se miraban incrédulos y repetían: “¿Dijo Vargas Llosa?”. Mientras tanto, a cien metros de allí, unas voces inconfundiblemente españolas se abrazaban y empezaban a descorchar botellas, de lo que hubiera, vino tinto era lo que había más a mano. Desde el stand del Grupo Santillana (Alfaguara, Aguilar, Taurus, Altea), brotaba un concierto de teléfonos celulares, al tiempo que irrumpían flashes, grabadores y anotadores.
“Tal vez Mario lo haya merecido desde hace años, pero está en un momento de gran madurez, de gran producción. ¡Está bien! ¡Está muy bien!”, aseguraba a RFI, Augusto Di Marco, Director de Ediciones Generales del Grupo Santillana, ebrio antes de probar la copa que sostenía en una mano. Pero no todo era algarabía, algunos no ocultaban sus caras largas y hablaban claramente de “una mala noticia”, entre ellos el dibujante argentino Miguel Rep, que se alejaba apurando el paso. Porque, se sabe, el Nobel de Literatura no sólo premia una trayectoria literaria, sino que da al intelectual un aura universal y hace del galardón una tribuna singular para expresar opiniones políticas. Sin embargo, al parecer se puede ser de izquierda y estar contento con la decisión de la Academia Sueca...
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