Gobiernos Locales son dictaduras

Los peruanos y peruanas cantamos con fervor patriótico la frase de nuestro himno nacional: “Somos libres, seámoslo siempre”.

No obstante, es un sueño esta libertad ya que parecemos dormidos -estando despiertos- porque la realidad distrital en que nos desenvolvemos es una pesadilla.

En los 1834 municipios distritales de nuestro país se gobierna de manera dictatorial donde en lugar de gobernar con autoridad se obliga a los vecinos a pagar arbitrios con el poder municipal.

Estas instituciones estatales –y estatistas- cobran de manera coactiva por servicios que en algunos distritos son deficientes y que en otros no se prestan.

Léase, cobros indebidos por parques y jardines donde no los hay o están inactivos o en donde los mismos vecinos riegan, podan y cuidan; cobros indebidos por recojo de basura donde hay calles y veredas sucias; cobros indebidos por serenazgo donde la delincuencia común existe a la vista de todos; cobros indebidos por arbitrios a ancianos jubilados que están exonerados; cobros indebidos a los negocios sin que se les preste servicio alguno. Por mencionar algunos casos.

Y para que esta pesadilla distrital sea más traumática socialmente, el estatismo proveniente del legislativo agrega sistemáticamente más funciones a los municipios distritales, como son: salud, educación y seguridad. Funciones que “cumplen” los ministerios y otras instituciones del estado.

Los municipios distritales deberían dedicarse a construir infraestructura y brindar servicios de bienestar para fomentar el desarrollo humano en civismo y seguridad.

Sin embargo, para ello se requiere que para asumir estas responsabilidades y oportunidades de desarrollo, quienes sean elegidos deben estar preparados, no sólo en las técnicas modernas de administración edil, sino también en el manejo de nuevas tecnologías, es decir, tienen que demostrar ser líderes competentes antes de postular.

A quienes nos es por derecho elegir próximamente a nuestras autoridades ediles solo nos resta – cuando despertemos - tomar las medidas necesarias para proceder a la averiguación y aplicación de las sanciones a que diere lugar por esta flagrante violación de la Constitución y las leyes de parte de quienes deberían estar a nuestro servicio y que solo se sirven de nosotros.

También deberíamos velar para que el legislativo derogue las leyes malas en que se basan estas dictaduras municipales y así recuperar las libertades individuales que por derecho universal corresponden a todo individuo y que el estatismo nos ha quitado sistemáticamente.

Felizmente existimos quienes estamos despiertos y queremos vivir en libertad.