Si atendemos objetivamente a los hechos, nuestra Princess y su chico estaban divorciándose cuando Fran se revolcó con la Arantxa… Es decir, ya no eran pareja, Fran podía salir y entrar con quien quisiera… ¿O no? Pero el chico, cuando volvió con su mujer, decidió callarse la boquita, “olvidó” comentarle a Belén que había retozado con la otra.
Ahí viene la polémica: ¿Se puede considerar infidelidad? ¿Seríamos capaces de perdonar a un marido que durante un tiempecito mojo churros en otros chocolates? ¿Podríamos decir que ha traicionado? ¿O decir que no hay traición pues no existe infidelidad?
Y ahí viene el gran debate que nos tiene pegados a la pantalla… Da igual el programa de corazón que pongas, el debate está servido, y todos tienen motivos para comentar si Fran debe ser perdonado, si Belén debe mandarlo a freír espárragos, etc.
Hay que seguir atentos a este culebrón. ¿Por qué? Bueno, a esta muchacha del pueblo le pasan cosas, como a todos, y está muy bien escuchar las de ella, para así poder valorar las opiniones de los comentaristas y “transpolarlas” a nuestra vida, a nuestras indecisiones… Así que venga, comentemos; ¿Hay que perdonar a Fran?
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