En su fallo, la juez de distrito Virginia Phillips ordenó al secretario de Defensa Robert Gates y al gobierno estadounidense en su conjunto "suspender y discontinuar de inmediato cualquier investigación, despido, separación u otro procedimiento, que pueda haber comenzado bajo la ley 'Don't Ask, Don't Tell' (No se pregunta, no se dice)".
Los críticos señalan que la ley, un acuerdo de compromiso de 1993 que intentaba resolver el espinoso tema de los homosexuales en las fuerzas armadas, viola los derechos civiles del personal militar homosexual y ha dañado la seguridad de Estados Unidos al dejar fuera a unos 14.000 efectivos.
A menos de dos meses de las elecciones de mitad de mandato, los sondeos muestran un respaldo público abrumador para cesar la norma que exige a los miembros de las fuerzas armadas ocultar su homosexualidad, a riesgo de ser expulsados.
El Pentágono lleva adelante una revisión para dejar de lado la norma que terminará antes de finales de diciembre, y que ayudará a diseñar nuevas reglas para servir en las fuerzas armadas.
Tanto Gates como el almirante Mike Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto, han dado su respaldo al levantamiento de la prohibición.
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