Viernes 17 de mayo 2024 | Contáctenos
Los participantes en la protesta, unos 7.000 según el dirigente estudiantil Roderick Navarro de la estatal Universidad Central de Venezuela (UCV), se reunieron en esa casa de estudios y marcharon hasta la sede del Ministerio, donde una comisión de unas 25 personas entregaría un documento con las peticiones reclamadas.
La marcha, que fue custodiada por unos 800 agentes de seguridad, según cálculos periodísticos, incluyó a varios rectores y profesores de una veintena de universidades de Caracas y del interior del país, y transcurrió sin incidentes hasta su llegada a la puerta del Ministerio.
El titular de esa cartera, Edgardo Ramírez, bajó de su despacho a recibir a los universitarios, pero el encuentro con éstos se vio alterado por el caos que se formó en su entorno con gritos y empujones de los manifestantes con fotógrafos, reporteros y agentes de seguridad.
A pesar de ello, el ministro alcanzó a pedir a Navarro y a la rectora de la UCV, Cecilia García, que le entregaran el documento con sus reivindicaciones y subieran a dialogar a su despacho, al que se dirigió de inmediato.
Pablo Aure, rector de la Universidad de Carabobo, rechazó posteriormente la oferta del ministro y dijo a los periodistas que le exigían que volviera a bajar y recibiera el documento ante los manifestantes, lo que finalmente no sucedió.
Tras más de una hora de discusiones entre los manifestantes y luego de que Navarro denunciara que el ministro pretendía tenderles "una emboscada" en el despacho ministerial, de la cual no dio más detalles, decidieron regresar a la UCV para definir lo que el dirigente estudiantil llamó "agenda de lucha universitaria".
Sin aludir al número de manifestantes, el viceministro de Educación Superior, Luis Quintana, dijo que se trató de "un pequeño sector de oposición" y destacó que solo la UCV cuenta con una población estudiantil superior a las 50.000 personas.
El vicepresidente del país, Elías Jaua, indicó en el despacho del ministro que él iba a participar en la reunión con los manifestantes para atender sus demandas, como dijo que se lo había ordenado Chávez.
Jaua atribuyó a desacuerdos entre políticos opositores sobre quiénes "tomarían la vocería de representación" el que no se instalara la reunión, a diferencia de lo que dijo ocurre con los obreros de las universidades con los cuales, reveló, las autoridades gubernamentales ya negocian diversas reivindicaciones.
"Ha sido lamentable que no se haya logrado conformar una mesa de trabajo" similar con los manifestantes de hoy, desperdiciando una "valiosa oportunidad para concluir con los pendientes económicos y realizar un plan de trabajo", señaló Jaua tras remarcar que, sin embargo, en el Gobierno "seguimos abiertos al diálogo".
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