EL VOTO ELECTRÓNICOPor: César Campos R. Diario EXPRESO viernes 15 de octubre
Ha sido un acierto que la mayoría del Congreso haya dado viabilidad a la implementación del voto electrónico en nuestro país, sistema mediante el cual los actos de sufragio y escrutinio gozarán de una necesaria simplificación, como ya ocurre en diversos países del mundo.Esta clase de votación – a ser reglamentada y aplicada por la ONPE, según la ley autoritativa aprobada ayer – facilitará a los electores la expresión de su voluntad política para elegir autoridades o absolver consultas. También permitirá a los responsables del proceso electoral brindar los resultados en tiempo record, superando la expectante agonía que genera el conteo del voto manual.Agonía que, por supuesto, tiene su mejor ejemplo en las recientes elecciones regionales y municipales, particularmente en el caso de Lima metropolitana. Pese a que la ONPE hizo una bandera del voto electrónico desde las elecciones generales pasadas (las del 2006) e intentó persuadir a los diferentes grupos políticos para que lo permitiesen progresivamente desde los comicios de este año, una torpe indiferencia fue la respuesta de la plaza Bolívar. Ella fue encabezada por la Célula Parlamentaria Aprista que lejos de adecuarse a las exigencias de la modernidad, cerró filas con el viejo sistema a todas luces por su enorme ventaja en la preparación y movilización de personeros para cada proceso eleccionario. Esto no es que le permitiera la ejecución de actos ilícitos o tramposos, como le han imputado sus adversarios durante los últimos días. Simplemente fortalecía al PAP en la defensa de sus votos y en la observación de los ajenos.¿Qué porcentaje de sufragios se garantizaban los apristas a través de este procedimiento? No puede determinarse a ciencia cierta pero algunos calculan que oscilaba entre 2 y 3 por ciento. Lo suficiente para revertir disputas electorales ajustadas como la del año 2006 en la que Alan García superó a Lourdes Flores por poco más de 35 mil votos (0.55 % de diferencia). A esto pareció referirse Lourdes cuando aludió a tener “la sensación” de haber sido derrotada en la mesa y no en las urnas. Pero no porque se haya tratado de un fraude o algo reprochable desde el punto de vista jurídico.Pues bien, con el mecanismo electrónico quedará superado el tema del error material en la forma de votar, lo que no excluye la supervisión de los personeros de cada partido al proceso de cómputo. No habrá riesgo alguno para la limpieza del acto electoral.Celebremos este paso que da nuestra democracia la cual también se perfecciona – como otras actividades públicas o privadas – a través de la automatización.