Este sábado se celebra el 30° aniversario de la jornada anual contra el hambre. La FAO pide que sea un día para alertar de “la gravedad de la crisis silenciosa” de esta epidemia y pedir a los gobiernos unidad contra ella. En 2050 será necesario incrementar en un 70% la producción de alimentos para nutrir a 9.000 millones de personas.
Este sábado es el Día Mundial de la Alimentación. Una jornada de reivindicación que estableció Naciones Unidas en 1980 para reflexionar sobre la epidemia de la hambruna y evaluar la eficacia de las medidas tomadas contra ella. Pues bien, 30 años después la cifra de hambrientos no sólo no ha disminuido sino que en 2009 alcanzó su cota más alta: 1.000 millones de personas, según datos de la FAO. Nunca hubo festividad con más representantes que ésta. El lema de este año es Unidos contra el Hambre. Por manido, como eslogan casi suena a frase hecha, de objetivo eternamente aplazado. “La gravedad de la crisis silenciosa del hambre es el resultado de décadas de abandono de la agricultura y de inversión insuficiente en el sector”, denuncia Jacques Diouf, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). El lema de este año pone de manifiesto la necesidad de poner en marcha una “nueva revolución verde”, ya que es fundamental incrementar la producción de alimentos, según Diouf. ¿Por qué combinar el tema Unidos contra el hambre con la necesidad de poner en marcha una nueva revolución verde? “Porque queremos destacar que ni la tarea de incrementar la producción de alimentos en tal cantidad ni el subsiguiente objetivo de que todos deban tener acceso a dichos alimentos es responsabilidad de un solo actor. Pero mediante asociaciones con gobiernos, centros y universidades de investigación, asociaciones de agricultores y grupos de presión, el sistema de las Naciones Unidas, la sociedad civil y el sector privado trabajando de manera conjunta, se puede conseguir”, sostiene la FAO...
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