Francia: Mano a mano entre Nicolas Sarkozy y los manifestantes

Unos 400.000 manifestantes han vuelto a copar las calles francesas en la quinta jornada de huelga consecutiva. El paro de las refinerías amenaza el abastecimiento de los aeropuertos del país y ya se han tenido que cerrar más de 200 estaciones de servicio de carburantes. El martes está convocada una nueva huelga.

Este sábado París ha amanecido con una ligera llovizna, como es habitual en la capital francesa, y volcado en las calles contra la reforma del sistema de jubilación que propone Nicolas Sarkozy, una imagen que también está alcanzando cotas de cotidianidad. Y no sólo en París: en toda Francia los manifestantes siguen aguantando el pulso con el presidente francés, que no parece dispuesto a modificar su intención de retrasar la edad de jubilación desde los 60 a los 62 años.A lo largo de la mañana 340.000 manifestantes han caminado errantes por las calles de Francia, según cifras del Ministerio del Interior, una cifra muy similar a anteriores jornadas de protesta. Y no cuentan con las cifras de la manifestación de París, que la policía cifra en unos 50.000 manifestantes. Los sindicatos esperan superar de nuevo las cifras de anteriores huelgas, que el martes 19 de octubre vivirán su octava convocatoria, un proceso huelguista que puede ser muy largo si se tiene en cuenta que la actual se renueva cada 24 horas. En las calles se repiten los lemas que ya se han convertido en auténticos mantras de la protesta: “Por una vida después del trabajo” y “La jubilación es para vivir, no para malvivir”, rezan las pancartas. El clima de crispación social no para de crecer: las 12 refinerías del país están detenidas, algo que llevan haciendo la mayoría de ellas desde hace cinco jornadas, poniendo en jaque ya el abastecimiento de los aeropuertos; los estudiantes se han levantado en pie de guerra, un colectivo del que el Gobierno teme que radicalice la protesta; y, por último, los camioneros, que pretenden pasear sus vehículos por las carreteras tan lentamente como sea necesario para taponarlas. Algunos en Francia ya hablan de un clima como el de las huelgas de 1995 o, los más soñadores, piden que se repita un Mayo del 68...Leer más en rfi