"Tiempo de alianzas" electorales en el Perú

Columna: Agenda Política   Título: Tiempo de alianzas   Por: César Campos R.   La más clara señal de que vivimos una era distinta en la formulación de las ofertas electorales, lo evidencia el afán mostrado por casi todas las agrupaciones políticas activas de allanarse al diálogo con otros partidos para explorar entendimientos, con miras a la primera vuelta de los comicios del próximo año.   Es cierto que la tendencia dominante de las elecciones durante los últimos años ha sido las coaliciones y alianzas. El 2006, el Partido Nacionalista fue en el mismo saco que la Unión Por el Perú, mientras que el PPC suscribió un acuerdo – ¿aún vigente? – con Solidaridad Nacional. El oficialista Perú Posible lanzó una candidata que luego retiró, mientras que el PAP tuvo su figura ganadora en Alan García. Ambos postularon solos.   Sin embargo, recordemos que PP apareció en la escena política junto al CODE de José Barba Caballero en 1995 y el PAP se hizo por primera vez del gobierno en alianza con la Democracia Cristiana y el SODE, diez años antes. Los apristas también integraron el Frente Democrático Nacional de 1945, se camuflaron en las listas de Manuel Prado en 1956 y formaron coalición con la Unión Nacional Odriista en el Congreso 1963-1968, así como en las elecciones municipales 1963 y 1966.   De manera que la historia de las alianzas electorales es larga pero ahora su demanda genera bastante ansiedad. No es para menos en un espectro donde más de 20 partidos tienen registro habilitado ante el JNE y cada uno sólo puede aspirar a engullirse un triunfo como cabeza de ratón. Luego se topan con el cuadro de una representación parlamentaria harto fraccionada en el que sólo caben tomas y dacas, no acuerdos de principio.   En las elecciones del 2011, no es un secreto que la gran mayoría de partidos quiere alianzas para enfrentarse a la única opción con la cual creen posible polarizar exitosamente: el fujimorismo. Una especie de remaque de la dicotomía decencia-corrupción que parecía favorecerla a Lourdes Flores en las recientes municipales pero que se le aguó con la tacha a la candidatura de Alex Kouri.   El problema radica en la calidad de los frentes a formarse. Hay sumas que restan. Ollanta Humala pugna por fijar una plataforma de izquierda, lo mismo que el MNI. Pero la que sería su principal locomotora, Fuerza Social, mira más al centro y repudia a Humala. Una coalición con Toledo a lo mejor no es un buen negocio político para Susana Villarán; todo lo contrario para el hombre de Cabana quien hace lo imposible con tal de superar el tercer puesto en las encuestas. Y el PAP sólo muestra intenciones de concertar sin objetivos concretos.   Como sea, son tiempos de alianzas y faltan muy pocas semanas para verlas materializadas.