Acuerdan dar mayor representatividad a los países en desarrollo: los europeos aceptan ceder dos de los nueve escaños que ocupan en el Consejo de Administración. Rechazan además la “devaluación competitiva” de las monedas. El FMI verá aumentar su capital y ampliará sus prerrogativas para vigilar las políticas económicas nacionales.
Los ministros de Finanzas y directores de los bancos centrales de los países desarrollados y emergentes del G20 culminaron el sábado su reunión en Corea del Sur pactando "la reforma más importante jamás adoptada sobre el gobierno del Fondo Monetario Internacional", según el director gerente del organismo Dominique Strauss Kahn.
Si bien aún se desconoce cómo se repartirán los escaños liberados por el Viejo Continente, la Unión Europea decidió ceder dos de los nueve asientos que tiene en el directorio del organismo internacional, lo que debería redundar en un FMI “más eficiente, creíble y en una institución más legítima”. Actualmente, el Consejo de Administración consta de 24 escaños y está compuesto por los diez principales accionistas: Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Brasil, Rusia, India y China. Este proyecto de reforma también prevé aumentar el capital del FMI, así como ampliar las prerrogativas del Fondo para vigilar las políticas económicas nacionales. El G20 ya había acordado hace un año transferir el 5% de los derechos de voto en el órgano de decisión del FMI a las naciones emergentes en respuesta a su creciente importancia en el panorama internacional...
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