Susana Villarán: La gritería será su obra

LA GRITERÍA SERÁ SU OBRAPor: César Campos R. Diario EXPRESOLlunes 25 de octubre

Al momento de escribir esta columna, más de 38 mil votos aventajaban a Susana Villarán sobre Lourdes Flores en el conteo de los votos válidos al 95,152 por ciento de actas escrutadas realizado por la ONPE. La diferencia traduce la absolución de las observaciones hechas a las actas de los conos de Lima, donde – así lo pregonaron sus voceros desde un comienzo – la candidata de Fuerza Social tenía asegurado el respaldo mayoritario de esas poblaciones. Genera además una curva ascendente en las probabilidades de triunfo de Villarán las cuales tuvieron su momento dramático cuando la mañana del viernes 22 la ONPE anunció que – al 86,84 por ciento de actas escrutadas – la distancia era apenas de 7,844 votos. Hasta ese momento, recién culminaba la revisión de las actas de Lima Centro y Lima Oeste, jurisdicciones conformadas por los distritos de la vieja mesocracia capitalina tradicionalmente leales al Partido Popular Cristiano y sus candidatos.   Esta constatación la hizo propia Eduardo Zegarra, aspirante a teniente alcalde en la lista de Villarán, quien la noche del miércoles 20 le dijo a Rosa María Palacios en el programa “Prensa Libre” que su partido esperaba sereno el resultado final y que confiaban plenamente en los organismos electorales. Sin embargo, bastó que la lógica del conteo redujera después la diferencia para eyectar esa maniática vocación de quienes se reclaman de izquierda proclives a convocar “movilizaciones”, “vigilias” o “plantones”, y así darle un aparente tinte popular a lo que es una inaceptable presión sobre quienes organizan elecciones y administran justicia electoral en nuestro país.El tema no pasa por el derecho ciudadano a la suspicacia o la protesta. Hay protección constitucional al pataleo. Lo que preocupa y sensibiliza tremendamente es la paulatina construcción de una matriz de desconfianza hacia organismos públicos cuyo precio de independencia, honestidad de sus titulares y probado celo democrático costó mucho en el Perú posterior a la caída del régimen fujimorista. Resulta vergonzoso que Villarán, ministra del gobierno de Valentín Paniagua en cuyo mandato se recuperó el eje institucional de las principales entidades del Estado, ceda espacios al radicalismo de su entorno propiciando tumbamultas. Ya lo hizo – y el tema pasó discretamente en vista de su entonces baja aceptación en las encuestas – para “exigir” la inscripción de Fuerza Social en el registro de partidos políticos del JNE, cuando la demora más bien obedeció a las negligencias de su organización. Y ahora repite el procedimiento  con el “plantón” de hoy día, mostrando una paranoica ansiedad porque la proclamen cuanto antes. Esta conducta no advierte nada bueno en el modo de dirigir la municipalidad de Lima, avizorando que Villarán sea la legítima ganadora de las elecciones. Aun en el poder municipal, la gritería será su obra y cualquier ineficacia podría verse tapada por innumerables movilizaciones “populares” impulsadas desde la comuna limeña. La guerra está avisada.