Viernes 17 de mayo 2024 | Contáctenos
En la recta final hacia el ballotage, la imagen positiva de Lula creció 1 punto porcentual en solo una semana. En ese lapso, el porcentaje de los que consideran "regular" su desempeño cayó de 14% a 13%, mientras que los que dicen que fue "malo o pésimo" se mantuvo en 3 por ciento.
El 67% de los votantes del opositor José Serra (PSDB) avala a la gestión de Lula. Entre los electores de su candidata, Dilma Rousseff, ese índice es de 96 por ciento. Además, el 80% de los que votaron en la primera vuelta a Marina Silva (PV) -ex ministra del gobernante Partido de los Trabajadores- aprueban al gobierno.
Mientras tanto, los sondeos sobre intención de voto de Datafolha muestran que Rousseff lleva una ventaja de 12 puntos sobre Serra. Si la diferencia se mantiene, al tucano no le alcanzaría ni con el 8% de indecisos para vencer. Se espera, además, que una parte de los millones de habitantes del noreste que no votaron en la primera vuelta lo hagan esta vez por el oficialismo.
Lula da Silva jugó un papel protagónico en la campaña. La performance de Rousseff se explica sólo por la bendición del mandatario a su candidatura: meses atrás, era una ministro desconocida y Serra la aventajaba por el doble de puntos. Sin embargo, la tracción de la popularidad del presidente no bastó para evitar el primer turno, como muchos analistas esperaban.
Martín Granovsky, uno de los únicos tres periodistas que Lula recibió antes de la elección, explicó a Infobae América que "la popularidad de Lula no se traslada automáticamente a ningún candidato". En su perspectiva, "es dudoso que incluso Lula hubiera sacado 83% de votos, ya que ocho años de gobierno implican desgaste, posibilidad de errores y ataques".
Fuente: infobae
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