Resulta que el actor Mel Gibson, quien últimamente no ha tenido muy buenas relaciones con la opinión pública, ha decidido que probablemente es hora de hablar acerca de lo ocurrido con su ex esposa Oksana Grigorieva.
Es que ya no le dan trabajo, mira tú.
Eso sí, tiene una pequeña condición: que los que lo entrevisten sean todos hombres. Es que es por eso de que entre hombres hay más confianza.
O tal vez no. Tal vez sea sólo porque piensa que será más fácil dar la cara al público ante un hombre, quizás tiene miedo de que una mujer no lo deje ni hablar y lo ponga en su lugar — y la verdad no me extrañaría. Así que mejor ni se le ocurra ir al programa de Oprah, sería su infierno.
En fin, a ver quién es el primero en entrevistar al actor, seguro que en ese programa se venden los espacios publicitarios como confites en una feria, así somos.
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