Hace unas horas, Lourdes Flores Nano, su contendora, ha dado por sentado que usted es la ganadora de estas elecciones y por tanto nuestra alcaldesa metropolitana. Su expresión estará en su plenitud y alegría por el triunfo, logro muy importante o la culminación de una etapa y el inicio de nuevas obligaciones en que deberá emplear todas sus capacidades de gestión y concertación para estar de acuerdo a las expectativas que se han creado en torno a usted. Sí, alcaldesa de Lima, la metrópoli que es una de las ciudades horizontales más grandes del mundo, con una riqueza histórica envidiable patentizada en sus calles, en los árboles que las adornan, en los distintos edificios, en los parques, en las fuentes ornamentales, en los monumentos a próceres y héroes, en la estructura geológica, en la proximidad del mar y fundamentalmente en la población que la integra, porque se ha convertido en el mayor crisol que refleja la integración nacional y la peruanidad y es necesario potenciar muchos de sus aspectos para generar más riqueza y por tanto, comodidad y bienestar a la población. Le escribo estas líneas en la esperanza- o más propio ilusión- que de alguna manera pueda leerlas y sean en su labor una especie de ayuda nemotécnica. Lima, es una ciudad en donde cada instante hay mucha, pero mucha, vida y por eso es más que necesario, imprescindible, que su corazón sea fuerte y esté dispuesto vivir todas las emociones, situaciones y condiciones (o condicionamientos) que a partir de hoy le esperarán, algunas frontalmente y otras agazapadas para tratar de sorprenderla con todos los desafíos que significan las seguridad ciudadana, la salubridad, el abastecimiento, los servicios comunales, las instalaciones y estructuras para que la población disfrute del ocio o el tiempo libre mediante actividades lúdico- culturales, el transporte y las vías correspondientes, el apropiado uso del suelo y fundamental evitar que renazcan los movimientos de invasiones de los espacios destinados al uso público o necesarios para la expansión de la ciudad. Usted encuentra una metrópoli con casi 10 millones de habitantes que logra mostrarse civilizada, limpia, ordenada, con un nivel de salubridad más que aceptable gracias a las largas luchas de sus antecesores como Alberto Andrade y porque demuestra que cuando se pone voluntad y fuerza para luchar contra el caos organizado se obtienen logros tales como reordenación de los comerciantes ambulantes, o mejoramiento de las estructuras de los mercados mayoristas, inauguración de mejores vías de circulación, cuyos mejores representantes son Bedoya, Belmont y Castañeda y un recuerdo especial a “Chachi” Dibós que en aquellos años logró la ampliación de la Av. Emancipación no obstante toda la campaña mediática del diario “La Pensa” porque se expropiaba la casona de Pedro Beltrán, dueño del diario. Establecimiento de medios de transporte masivo de pasajeros, mejoramiento de las infraestructuras de algunos parques, como el de la exposición y el conjunto de fuentes que son algo extraordinario al servicio de la población y todos son imán del turismo, la industria sin chimeneas que da muchos puestos de trabajo y son ejemplo para los propios peruanos. Un dicho popular sentencia que “de buenas intenciones está empedrado el infierno” porque como recordará en su momento nuestro recordado “Frejolito” Alfonso Barrantes quiso integrar los distintos grupos étnicas y productivos que convivían en la ciudad, organizó en las calles del centro las ferias, pero la permisividad y un mal entendido izquierdismo y un “especial” pasotismo propició la progresiva invasión de las calles que cual mancha de aceite fue copando casi toda la ciudad y nació la cachina que convirtió casi todo el famoso Damero de Pizarro y las zonas aledañas en centros de inseguridad, de comercio dudoso e hizo que se cerraran muchos negocios y comercios muy importantes para la identidad e idiosincrasia limeña. De pronto vimos que desparecía la alegría de las calles y se tornaban más grises y riesgosas, lo servicios de transporte más complicados, se dieron licencias de rutas larguísimas a vehículos pequeños que ocasionan mayor polución y atascos o embotellamientos de tráfico, el comercio caótico al aumentar el número de ambulantes y no se hacían obras que mejoraran la ciudad, sino por el contrario se permitía la invasión y la posterior consolidación de estos invasores en barrios o pueblos jóvenes quitándose zonas que estaban destinadas a entretenimiento o instalaciones de servicio ciudadano o grandes avenidas que permitieran la futura circulación de vehículos de alta ocupación, llámese metro, ferrocarril , autobuses articulados. El vaso de Leche, una de las creaciones más significativas de Barrantes, nació sin un buen reglamento de organización de las estructuras de servicios y posteriormente fue usado como botín particular de determinados movimientos políticos y usted que ha vivido en Caja de Agua no ignorará el especial aprovechamiento político que en su momento hizo Sendero Luminoso en que no solo amenazaba, sino hasta mató a Maria Elena Moyano, y que sepa, nunca han modificado su reglamento para garantizar que no haya manipulación ni la eternización de los dirigentes y este será uno de sus desafíos. En cuanto a las condiciones de salubridad, se ha avanzado muchísimo a pesar de las presiones del Gobierno central para minimizarlos, pero, significativamente, falta completar la atención a la tercera edad con centros de día, también centros de apoyo a la población en riesgo de abandono moral por efectos de la drogadicción, o a la mujer maltratado o para proteger a los niños maltratados, no obstante existir la “Casa del Petizo” o el destinado a los mayores en San Juan de Miraflores. El corazón deja de palpitar cuando la vida acaba, o lo que es lo mismo: La vida se acaba cuando el corazón deja de palpitar y para que el corazón, ni se enferme ni falle sino que siga palpitando con la fuerza, energía, poder y esperanza que ha puesto durante toda la campaña y en esta larga espera de los resultados, usted pondrá lo mejor de sí con emoción, fe y sobre todo amor por Lima para alcanzar las ansiadas metas que se ha fijado y cuando a sus puertas toque el mal entendido populismo no lo deje entrar para que no corrompa sus ideales ni tergiverse sus propósitos porque los aplausos convenidos sirven como la manzana a la bella durmiente y lo peor es que ya no existen príncipes que lleguen a rescatarla del maligno sueño en que la pueden hacer caer.