Miles de argentinos lloran en las calles al ex presidente, cuyo velatorio comenzará a las 10 horas locales (13:00 GTM), mientras se preguntan por el futuro político de Argentina tras su muerte. El país decreta tres días de luto nacional y espera la llegada de importantes líderes como Hugo Chávez (Venezuela), Lula (Brasil) o Manuel Santos (Colombia).
Siempre que se entierra a un ex presidente se entierra a un mito. Pero en el caso de Néstor Kirchner puede ser mucho más intenso para gran parte de Argentina. Miles de argentinos se han congregado durante toda la noche en la Plaza de Mayo de Buenos Aires en duelo por la muerte del ex presidente Kirchner, que falleció a los 60 años el miércoles en su residencia familiar de El Calafate, al sur del país, víctima de un infarto. Pero Argentina llora algo más que la muerte de un ex presidente, asiste al fin de una forma de entender la política de Estado: el kirchnerismo. Desde que llegó al poder en 2003, con una cátedra en peronismo bajo el brazo, Néstor Kirchner dejó una impronta muy personal en la forma de dirigir el país y el propio Partido Justicialista. Él lideró la recuperación económica y social del país, según sus críticos subsidiando el consumo y según sus partidarios fortaleciendo el tejido de la protección social, y él dio el relevo a su esposa, Cristina Fernández de Kirchner, al frente de la presidencia argentina en 2007. A ese final asiste Argentina: a la dinastía presidencial de los Kirchner; ya que se supone que en las elecciones presidenciales de 2011 el ex presidente hubiera sido de nuevo el candidato peronista. Pero, mientras se esperan los movimientos que haga la presidenta, Cristina Kirchner, ante la incertidumbre política que deja en Argentina la muerte de sus esposo, el proceso inmediato del duelo continúa. Banderas, ramos de flores, cirios y pancartas fueron agitadas la noche del miércoles por miles de sus partidarios que colmaron la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada (sede gubernamental) al grito de "¡Néstor vive en el alma del pueblo!", mientras se escuchaban salvas de aplausos...
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