El número de fallecidos por enfermedades ligadas al tabaquismo cayó desde los 8.700 registradas en 2002 a unas 7.200 en 2009, coincidiendo con una dura campaña antitabaquismo impulsada por el alcalde neoyorquino, Michael Bloomberg.
En 2003, Bloomberg prohibió fumar en bares y restaurantes y recientemente propuso expandir esa prohibición a parques, playas, paseos marítimos, plazas peatonales y otros espacios públicos al aire libre.
"Redujimos la cantidad de adultos fumadores en 350.000 y prevenimos miles de muertes prematuras", señaló en un comunicado el comisario de Sanidad de Nueva York, Thomas Farley.
"Ésta es una buena noticia, pero el tabaco aún mata a más de 7.000 neoyorquinos cada año, y miles más padecerán accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos, enfermedades pulmonares y cánceres provocados por el tabaquismo", agregó.
La ciudad también ha entregado parches y chicles de nicotina gratuitos a 250.000 de sus habitantes desde 2003, ayudando a que 80.000 fumadores abandonasen el hábito, indicó el departamento.
La publicidad descriptiva que muestra los daño que causa el cigarrillo en el organismo humano también convenció a las personas para dejar el tabaquismo, añadió.
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