La candidata de Lula se distancia por 14 puntos de José Serra en las encuestas a dos días de las elecciones. Benedicto XVI pide a sus obispos que orienten el voto de los brasileños contra “proyectos que contemplan abierta o veladamente la despenalización del aborto”. Ése ha sido el único tema que ha hecho perder terreno electoral al Partido de los Trabajadores.
Dilma Rousseff o José Serra. Sólo faltan dos días para que los brasileños elijan entre tirios y troyanos, y la máquina electoral hierve de tal forma que hasta el Papa Benedicto XVI, ha decidido meterse en la campaña: ha pedido a los obispos de Brasil que orienten el voto de los fieles proporcionándoles un “juicio moral en temas políticos” como la homosexualidad y el aborto. En un discurso en el Vaticano, el Papa se dirigió ayer a los obispos de forma contundente: “La religión católica es parte integrante de la historia de Brasil”, comenzó para continuar exhortándoles a advertir a los fieles “cuando los proyectos políticos contemplan abierta o veladamente la despenalización del aborto o la eutanasia”. Que el candidato socialdemócrata, José Serra, se haya apresurado a defender la sugerencia del Papa, porque tiene “derecho como líder espiritual mundial” a “orientar a los católicos”, da una pista de a quién pueden favorecer su intervención. El jueves fue el último día de la campaña electoral, y el estado de opinión que reflejan las encuestas vuelve casi al principio de la misma, cuando un abismo de casi 20 puntos separaba en intención de voto a la candidata del presidente Lula, Dilma Rousseff, de su contrincante, José Serra. Sólo una vez Rousseff perdió el ritmo en la carrera electoral: cuando el debate sobre legalizar el aborto entró en escena...
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