Admirador del mítico Jack Lemmon, el actor estadounidense Kevin Spacey indicó ayer en Doha, Qatar, que la profesión de actor lo obliga a “actuar como un detective” durante la preparación de sus personajes, y remarcó su rendida pasión por el teatro, que considera “su primer amor”.Sumergido en la promoción de la película Casino Jack, que se estrenó en Qatar durante la segunda edición del Festival de Cine de Doha (el Doha Tribeca Film Festival), el ganador de dos premios Oscar explicó cómo ha sido esta última aventura cinematográfica, que le ha hecho meterse en la piel de un corrupto hombre de negocios. La cinta, basada en una historia real y dirigida por George Hickenlooper refleja la vida del influyente agente financiero Jack Abramoff, al que sus negocios fraudulentos le llevaron a prisión, y con el que Spacey se reunió en persona para preparar su papel. Aunque sus charlas con el auténtico Abramoff son “privadas”, el también director artístico del teatro londinense The Old Vic señaló que se encontró con una persona “increíblemente carismática, muy divertida”, que le hizo sentir “sensaciones contradictorias”.“Por un lado, ahí está la persona, y por el otro tienes los hechos y, como actor, tienes que ser un poco detective para discernir entre todas las pistas que te van dando. Te preguntas: ‘¿Qué pasaba realmente por su cabeza?’”, explicó el también director en un encuentro con la prensa. El actor confió en que esta cinta pueda llegar a “humanizar” a un personaje al que no juzga: “Lo más interesante de ser actor es que es difícil juzgar a alguien cuando te tienes que meter en sus zapatos”. Además de promocionar este trabajo, Spacey, que se considera un actor “políticamente activo”, ha aprovechado también su paso por el Tribeca de Qatar para participar en talleres de trabajo infantiles de interpretación, una actividad que le “encanta”, ya que, dice, en los niños se ve “reflejado”.El actor también contó que desde los 11 hasta los 19 años, cuando vivía en las afueras de Los Ángeles, le tocó vivir un momento de auge cultural en los colegios norteamericanos. “Entonces, se apoyaba el arte, se creía en él y se financiaban muchísimas actividades culturales en las escuelas. Yo pude ver a gente como Katherine Hepburn y asistía continuamente a seminarios y festivales”.
Informador.com