Si ambos actores han protagonizado escándalos similares de drogas y excesos, ¿por qué Hollywood y la prensa les tratan de forma distinta? Un abogado criminal y una experta en televisión se han unido para resolver este misterio y aclarar por qué el cine y los periodistas siguen respetando a Sheen, mientras que Lohan ha caído en desgracia.
Últimamente, la situación de Charlie Sheen y Lindsay Lohan no ha sido la mejor. El primero pasó los últimos meses en litigios legales por malos tratos a su mujer, y hace pocos días tuvo que ser ingresado en una unidad psiquiátrica tras destrozar una habitación de hotel drogado y en compañía de una prostituta.
La actriz de Chicas Malas, por su parte, fue condenada por conducir bajo los efectos de las drogas, se ha saltado en varias ocasiones las reglas de su libertad condicional y deberá permanecer ingresada en rehabilitación hasta después de Navidad.
Pese a que ambos repiten un patrón de conducta parecido, hay algo que les diferencia: las reacciones de los demás. Mientras que Sheen sigue obteniendo buenos trabajos y nadie investiga demasiado en sus escarceos con las drogas, los análisis de Lohan son expuestos en los medios y su situación profesional está muy deteriorada.
Por ello, el abogado criminal Steve Cron y la productora y directora de casting Lauren Lloyd se han unido para explicar las razones de esta distinción de trato, y así lo han contado a Hollywood Life.
La primera diferencia es que, mientras que los resultados de los tests de drogas de Lindsay son conocidos, los de Sheen no los consulta ni el juez. "Él puede esconderse tras ese velo de privacidad y confidencialidad y no hacer públicos esos datos", afirma Cron. Y todo apunta a que la razón es el dinero que Sheen puede generar.
El actor de Dos hombres y medio tiene contrato con la cadena CBS, y ese hecho marca una diferencia. "Es una gran franquicia", afirma Lloyd. "Si pierden a Charlie, ¿qué les queda? Creo que la situación cambiaría para Lindsay si tuviera un programa. Él tiene más valor".
LA SOCIEDAD ES MÁS COMPRENSIVA CON LOS HOMBRES
Además, el hecho de ser hombre y adulto juega en favor del actor, que no obtiene críticas tan duras. "Lindsay es más joven, no está asentada", apunta Lloyd, "se espera de las mujeres que se comporten de una determinada manera, no se fomenta el estilo de chica mala".
Y es que la postura de Sheen de creerse su papel de tipo duro y problemático ha acabado por favorecerle. "En la sociedad (y en Hollywood) a los hombres les funciona el papel de chico malo, y ese es el personaje de Charlie", continúa Lloyd.
Claro que no toda la culpa la tiene la sociedad: ambos actores son dueños de sus propios actos, y uno de los dos no muestra respeto hacia su trabajo. "Charlie es puntual y hace su trabajo, ir a fiestas nunca a afectado a su rendimiento. En Lindsay no se puede confiar para nada", concluye Lloyd.
Fuente: Europapress