Domingo 05 de mayo 2024 | Contáctenos
"...La va a tocar para Diego, ahí la tiene Maradona, lo marcan dos, pisa la pelota Maradona, arranca por la derecha el genio del fútbol mundial, y deja a varios rivales en el camino y se la va a tocar a Burruchaga… ¡Genio! ¡Genio! ¡Genio! Ta-ta-ta-ta-ta-ta… Goooooool… Gooooool… ¡Golaaaaaaazooooooo! ¡Diegooooooool! ¡Diegooooooool! ¡Barrilete cósmico… ¿de qué planeta viniste?... Argentina 2 – Inglaterra 0… Diegol, Diegol, Diego Armando Maradona… Gracias Dios, por el fútbol...".
Nunca una narración deportiva fue tan conocida. Jamás un gol tuvo tanta trascendencia. Nadie en la historia del fútbol logró un gol tan recordado... Así era Diego Armando Maradona, unico e irrepetible. Como bien expresó el relator uruguayo Víctor Hugo Morales en ese partido ante Inglaterra del Mundial de México en 1986, fue, es y será el genio del fútbol mundial.
Con su gambeta indescifrable y ese toque celestial. Con su grandeza y sus miserias, Maradona, el Diez, el "Pelusa" o como quieran llamarlo, marcó una época en Argentina y en todo el planeta con su fútbol. Hay quienes son admiradores de Pelé, otros se decantan por Di Stéfano o incluso algunos por Cruyff, pero todos coinciden en lo mismo: no habrá otro Maradona.
La fantasía de su zurda prodigiosa se hizo realidad el 20 de octubre de 1976, cuando debutó en la Primera del club Argentinos Juniors. Luego vino el campeonato en 1979 con el seleccionado juvenil argentino y la llegada al club de sus amores: Boca Juniors.
Dos años más tarde, partió rumbo a Barcelona para iniciar su periplo europeo. Pero las expectativas en Cataluña no se pudieron cumplir debido a una hepatitis y a la tremenda patada de Andoni Goikoetxea. Su despedida fue el 15 de abril de 1984 y lo esperaba un futuro napolitano...
Entre las carencias económicas y la pasión del sur de Italia, Maradona halló un lugar ideal para regalar los mejores retazos de su repertorio. Su idilio con los tifosi fue mágico durante los casi siete años que duró su etapa en el club, entre el 23 de septiembre de 1984 y el 24 de marzo de 1991. Jugó 259 partidos, señaló 115 goles y ganó cinco títulos (dos ligas, una Copa Italia, una Copa UEFA y una Supercopa Italiana).
Si bien ya reinaba sin corona, ratificó su condición de leyenda con una actuación soberbia en el Mundial de México 1986. Se apretó la cinta de capitán que le entregó el director técnico Carlos Bilardo, afiló su gambeta e hizo todas las maravillas posibles. La consagración llegó ante el seleccionado inglés con el ya conocidos por todos "el mejor gol de la historia de los mundiales".
Cuatro años después, llegó el Mundial de Italia 90 y la obligación de defender el cetro logrado en el Azteca. Pero el buen juego de Alemania y una discutida decisión arbitral frustraron el ansiado bicampeonato. Luego llegaron sus pasos por el Sevilla y Newell's Old Boys de Rosario, pero sin éxitos. Y su regreso al seleccionado albiceleste para la clasificación al Mundial de 1994.
En la Copa del Mundo de Estados Unidos, Maradona desafío nuevamente al mundo y a su propia grandeza. Con 33 años, se trazó el objetivo de volver a ser campeón. Sin embargo, la euforia se disipó con el control antidoping positivo por efedrina. "Me cortaron las piernas", dijo, e hizo llorar a todos. Patentó así una frase como sinónimo de dolor y desilusión.
La FIFA le aplicó una sanción de 15 meses y Maradona probó suerte como técnico, entre octubre de 1994 y mayo de 1995. Los resultados no fueron los esperados. En julio de 1995, volvió a Boca. Fueron tiempos de escándalos y polémicas derivados de su reconocida adicción a las drogas. Su despedida llegaría el 25 de octubre, en el Superclásico ante River. Se terminaba una era en el fútbol mundial.
En noviembre de 2008, la vida le dio una chance única: dirigir a su amada selección argentina, con la que logró la clasificación al Mundial de Sudáfrica de manera agónica. Ya en la cita ecuménica, logró posicionar a los albiceleste hasta los cuartos de final. El fracaso lo dejó afuera, aunque él siempre diga a viva voz que "algún día volverá".
Hoy, 30 de octubre, 50 años después de su nacimiento, no hay ningún aficionado que no haya visto aquel gol a Inglaterra. Una imagen, una jugada y una fecha con la que se resume su carrera. El momento álgido de la trayectoria del que fue, es y será el mejor jugador de la historia ¿O no?
Fuente: infobae
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