La derrota anunciada de Barack Obama en las elecciones de medio mandato ante una derecha radicalizada lleva a parte de la izquierda estadounidense a movilizarse bajo la bandera de la moderación y la ironía, de la mano del cómico Jon Stewart. El 2 de noviembre, los estadounidenses deciden si confirman el rumbo adoptado por el presidente en los dos primeros años de gestión o le entregan el poder legislativo a la oposición.
El presidente Barack Obama va a recibir su primer revés electoral. Lo sabe: las elecciones de medio mandato, en las que se renueva la totalidad de la Cámara de Representantes, se eligen a 37 senadores y a otros tantos gobernadores suelen castigar al jefe del Ejecutivo. En la historia reciente, sólo George W. Bush sorteó el escollo en su primer mandato, cuando el patriotismo despertado por los atentados del 11 de Septiembre le dio un apoyo inesperado. Ahora, Obama se prepara a perder la mayoría legislativa que ostenta en ambas caras, pudiendo salvar quizás el Senado.
Estos comicios locales, pero con valor nacional, sirven como termómetro del electorado.Confirma o sanciona el rumbo tomado por el Gobierno en los dos últimos años en momentos en que la oposición vuelve a organizarse. Esta movilización se tradujo entre los republicanos por el Tea Party, la desacomplejada ala ultraconservadora del partido que, tras apostar por el conciliante John McCain en la elección presidencial, opta ahora por su versión radical para reconquistar a los votantes. De conseguir la mayoría en la cámara baja, ya advirtieron que trabajarán por una reforma del seguro de salud y del sistema financiero, las dos medidas más emblemáticas que logró Obama desde su llegada al poder...
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