Andrés Calamaro aglomeró a cientos de personas en la Ermita de la Santa Cruz, Antigua Guatemala, que llegaron el domingo pasado para escuchar a uno de los cantantes de rock en español más polémicos. Cuando este argentino toca "no existen los relojes", pues con dos horas de recital se cubrieron todos los géneros y gran parte de una trayectoria de más de 30 años. Los asistentes corearon temas clásicos como Flaca, junto a los más recientes de su producción On the Rock.
El guatemalteco Tuco Cárdenas fue el encargado de abrir el concierto. Mientras que el banderazo de salida para Calamaro fue a las ocho de la noche con las primeras notas de Los divinos, seguida por una corta visita a I Can´t Get no Satisfaction, de The Rolling Stones. Luego vino El Salmón para arreglar todo lo que está mal, pero sin emplear receta alguna en Mi enfermedad.
Después del primer bloque musical, el argentino tomó el micrófono para saludar al público y continuar con un recital que tenía por objetivo "estremecer la Antigua Guatemala con las guitarras eléctricas".
El jamming del Salmón
La energía continúo aumentando los decibeles con Carnaval de Brasil, para luego cambiar el giro hacia las cumbias y los sonidos latinos. El público bailó al ritmo de Sin documentos, un tema del recuerdo interpretado por Calamaro cuando era de Los Rodríguez. "Este es el jamming que me gusta", compartió el músico antes de continuar con Tres Marías y cantar Mil horas.
Tras cantar Tuyo siempre retomó el micrófono para calificar el concierto como un evento "místico lleno de pasión y locura, en el que la inspiración se vuelve sentimiento".
Antes de brindar con el público con Mi Gin Tonic, el artista degustó un poco de Comida China para continuar con Todos se van. La sencillez y carisma del Salmón, como también se le conoce, impregnaron cada canción y las anécdotas relatadas.
Bajo el cielo estrellado
Calamaro se presentó bajo un cielo despejado y continuó interpretando temas como All you Need is Pop, Buena suerte y hasta luego, Costumbres argentinas, El perro y Te quiero igual.
En una siguiente intervención, el argentino aprovechó para saludar a su colega compositor Ricardo Arjona. Este fue un detalle que muchos no se esperaban, pues el suramericano lo calificó como un "embajador de la música" y un "natural friend".
Además de interpretar temas de su autoría, el artista aprovechó para cantar Gracias a la vida y temas de Bob Marley. Alta suciedad, Flaca y Canal 69 fueron algunas de las últimas canciones interpretadas antes de que Calamaro se despidiera del escenario. La velada concluyó a las diez de la noche entre gritos, melancolía y la sonrisa de muchos espectadores que pedían más y más rock´n´roll.
Fuente: SigloXXI