Kirsten Dunst estuvo ingresada en 2008 en una clínica de desintoxicación, aunque ella desmintió tener problemas con el alcohol y achacó el tratamiento a una depresión. Pero los que la conocen saben que deben vigilar a la actriz por su afición a la bebida, y están intentando que vuelva a rehabilitación para dejar el hábito.
La actriz de Spiderman se ha encargado de ir desmintiendo los no pocos rumores sobre su posible alcoholismo, pero las evidencias están empezando a hablar por sí solas. Tras el ingreso en una clínica de desintoxicación hace dos años, ahora los problemas regresan a la vida de Kirsten Dunst.
En febrero de 2008, la joven ingresó en la clínica Cirque Lodge de Utah (Estados Unidos), donde se ofrecen programas para superar la adicción al alcohol y las drogas. Aunque este hecho parecía confirmar que Kirsten tenía un problema con la bebida, ella se empeñó en achacar el ingreso a una depresión.
Sin embargo, ahora son sus amigos los que han destapado el secreto a voces. Según informa National Enquirer, éstos están muy preocupados por la salud de la actriz a raíz de un reciente hecho.
"Kirsten se emborrachó muchísimo con vodka en una fiesta post concierto de Maroon 5 a principios de octubre", afirman las fuentes consultadas. "Se tambaleó por la habitación, chocando contra los muebles mientras intentaba bailar. Estaba completamente fuera de sí".
Los amigos de la joven se hicieron cargo de la situación al momento, intentando hacerle ver que necesitaba ayuda. "Estaban tan alarmados por su comportamiento que la llevaron aparte y le dijeron que tenía que volver a rehabilitación", continúa la fuente.
Mientras que ella sigue empeñada en negar su problema, el círculo más cercano a Kirsten asume que no tienen "otra opción" que lograr que reciba ayuda especializada, y cuanto antes mejor.
Fuente: Europapress