En su irrefrenable avance comercial, China quiere hacer de Horgos (provincia de Xinjiang), su ariete para allanarse el camino hacia Kazajstán y Asia Central. Para ello, las autoridades desarrollan un ambicioso y brutal plan de desarrollo. Escuche la segunda parte de la serie de reportajes La Nueva Ruta de la Seda.
Cientos de conductores kazajos esperan pacientemente con sus camiones repletos de mercancías chinas para cruzar desde el puesto fronterizo de Horgos, en la esquina noroccidental de la provincia china de Xinjiang, hacia Kazajstán y el resto de Asia Central.Mientras deambulan durante horas bajo un sol de justicia, a unos pocos metros, varios autobuses repletos de inversores potenciales recorren la zona de libre comercio de 5,2 kilómetros cuadrados cedida por ambos países y que está ya en construcción. Una zona de libre comercio que, de hecho, sirve perfectamente al propósito del Gobierno chino de convertir Horgos en el ariete de su expansión comercial por la nueva Ruta de la Seda hacia Asia Central. La transformación será total. “El Gobierno está incentivando con suelo barato, trato fiscal favorable y subvenciones para negocios nuevos que las empresas inviertan aquí y hagan de Horgos una base para la exportación a Kazajstán y Asia Central”, nos explica Wang Shangren, vicepresidente de la asociación empresarial de Horgos...
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