La Premio Nobel pide “oír la voz del pueblo” en su primer discurso tras ser liberada por la Junta Militar de Birmania después de siete años de arresto domiciliario y ocho en la cárcel. Suu Kyi asegura que no guarda “ningún rencor” a aquellos que la detuvieron y reivindica su lugar para trabajar “con todas las fuerzas democráticas”.
La líder opositora birmana Aung San Suu Kyi ha pedido “unidad” a todos los birmanos y les ha animado a que luchen por sus derechos y “por la democracia” en el discurso que ha efectuado en la sede de su partido en Yangón, antigua capital de Myanmar. La Premio Nobel de la Paz en 1991 ha hablado ante miles de seguidores, un día después de que fuera liberada del arresto domiciliario al que ha estado sometida durante siete años, parte de una condena que le ha privado de libertad durante un total de 15 años. Al dirigirse a sus compañeros de la Liga Nacional para la Democracia (LND) y a miles de seguidores reunidos para ver cómo asumía de nuevo el liderazgo contra el régimen militar, Suu Kyi reivindicó su lugar en el tablero político. "Quiero trabajar con todas las fuerzas democráticas", dijo. Suu Kyi lanzó un discurso conciliador pero firme en las mismas peticiones que la llevaron a la cárcel. "No guardo ningún rencor a aquellos que me detuvieron. Creo en los derechos humanos y en el imperio de la ley", afirmó la opositora, ataviada con un vestido tradicional azul marino. "La democracia es la libertad de expresión", insistió. "Necesito la energía del pueblo (...). Quiero oír la voz del pueblo y, luego, decidiremos lo que queremos hacer", dijo emocionada...
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