Nicolas Sarkozy cierra el capítulo de la apertura, restringiendo su gabinete a pesos pesados de la derecha y a sus más fieles colaboradores. Mimado en las encuestas por los simpatizantes conservadores, François Fillon fue confirmado como primer ministro. La izquierda denuncia un gobierno a manos de un clan, representante de “la derecha dura”.
¿Qué lectura hacer del nuevo Gobierno del presidente Nicolas Sarkozy? La primera, la continuidad, representada por la confirmación de François Fillon como primer ministro. Hasta hace dos semanas, insistentes rumores señalaban que sería reemplazado por el hasta ahora ministro de Ecología, el centrista Jean-Louis Borloo, lo que habría enviado una señal a los franceses sobre la voluntad de adoptar un giro más social tras la impopular reforma del sistema de jubilaciones, que desgastó fuertemente la imagen del oficialismo. Sin embargo, Fillon, de 56 años, se aferró al cargo, aupado por las encuestas que indican que es apoyado por el 81% de los simpatizantes de la derecha. Pero Sarkozy no sólo decide mantener a la figura plebiscitada por el campo conservador, sino que confirma este rumbo político deshaciéndose de los representantes de la llamada apertura, como Bernard Kouchner, el “french doctor” venido de la izquierda que deja la cartera de Relaciones Exteriores, así como despidiéndose de Rama Yade y Fadéla Amara, dos mujeres de origen extranjero que pierden respectivamente la secretaría de Estado de Deportes y la secretaría de Estado para la política urbana...
Leer más en rfi