El Banco Central Europeo y Bruselas intentan tranquilizar a los mercados tendiendo la mano a los países con problemas de endeudamiento. Irlanda asegura que no ha pedido ningún tipo de ayuda. Portugal teme que sea víctima del efecto dominó y admite que hay riesgos de que su país necesite un rescate. El euro acusa el golpe y cae a 1,3581 dólares.
Pocos meses después de que el FMI y la UE corrieran al rescate de Grecia imponiendo unas draconianas medidas de austeridad, los déficits públicos de Irlanda y Portugal vuelven a poner en aprietos a la zona euro.
Aunque se ha reiterado tanto por parte de la Comisión Europea como por parte de Dublín que no se ha solicitado ningún fondo para venir al rescate de las finanzas irlandesas, el rumor corría este lunes como un reguero de pólvora y los mercados han disparado todas las alarmas.
Las dudas sobre la capacidad de Irlanda para superar su déficit astronómico del 32% de su PIB han tensando la situación en los mercados. La semana pasada, se registraron subidas récord de las tasas de interés de los bonos irlandeses.
Pero el gobierno irlandés insiste en que puede resolver sus asuntos, de momento, sólo. El primer ministro, Brian Cowen, no se ha cansado de repetir en las últimas horas que Irlanda no está preparando ninguna demanda de fondos...
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