Eric, el hermano del cantante, adicto a las drogas, le robó un anillo. El enfado de Jay-Z fue tan fuerte que decidió coger una pistola y atacarle movido por la ira.
"Fui a casa de alguien y cogí un arma. Las pistolas están por todas partes. No hay que irse muy lejos para conseguir una", confesó el artista en una entrevista concedida a la revista 'The Guardian Weekend'.
Tras los disparos, el neoyorkino temió que la justicia le condenara. Sea como fuere, Eric nunca presentó cargos y optó por pedirle perdón por los problemas que desencadenó su adicción al 'crack'.
"Pensé que mi vida había terminado y que iría a la cárcel para siempre. Fue terrible. Era un niño. Estaba muy asustado", añadió el ganador de cinco Premios Grammy.
Fuente: yahoo.es