A pesar de las declaraciones optimistas del primer ministro neocelandés, John Key, las posibilidades de encontrar vivos a los 29 mineros atrapados desde hace cuatro días en una mina de Nueva Zelanda disminuyen. “Seguimos siendo optimistas, pero nos preparamos a todas las eventualidades y ellas incluyen (...) la posibilidad de decesos después de lo que ocurrió”, declaró el comisario de policía Gary Knowles.El director de la mina de carbón donde se produjo la explosión el viernes, Peter Whittall expresó: “La realidad es que no hemos tenido ninguna noticia desde que dos hombres consiguieron salir del socavón. Para las familias se hace cada vez más difícil”.Estas declaraciones fueron como un balde agua fría después de las esperanzas que habían suscitado las declaraciones optimistas del primer ministro.“La información de que dispongo es que hay oxígeno en la mina y que existen todas las posibilidades de que los mineros consiguieron alcanzar una bolsa de ese flujo de oxígeno y que por lo tanto están vivos”, había dicho Key.Los familiares de los desaparecidos expresaron su frustración por la falta de avances, mientras las autoridades reconocen por primera vez que puede ser demasiado tarde para tratar de salvar a los trabajadores de la mina.Desde que se produjo la explosión en la mina Pike River, situada en la costa Oeste de la isla del Sur de Nueva Zelanda, ningún contacto ha podido establecerse con los 29 mineros. Los socorristas aún no han podido acceder a la mina debido a la fuerte concentración de gas tóxico.El director de la mina también indicó que un agujero, de 15 centímetros de ancho había sido abierto el domingo a lo largo del túnel, el cual podría llegar hasta el socavón en los próximos días. Aún quedan 25 metros que cavar después de los 135 metros ya abiertos.“Se trata de obtener muestras de gas y de introducir una pequeña cámara de vídeo que daría informaciones sobre la situación de los mineros”.Se sospecha que una acumulación de metano fue la causa de la explosión, aunque los funcionarios dicen que pasarán varios días hasta que eso pueda confirmarse. Justamente la presencia de ése y otros gases, que se cree provienen de una combustión lenta proveniente de las profundidades, retrasa el rescate, por temor de un nuevo estallido.
Fuente: Informador.com