Este domingo Seúl y Washington realizarán unas maniobras conjuntas en las costas fronterizas. Pekín se "opone a cualquier acción que mine la paz y la estabilidad en la península" coreana. El ministro de Defensa surcoreano dimite tras las presiones y críticas recibidas para responder al ataque.
Corea del Sur moviliza a su ejército y a sus aliados frente a la amenaza norcoreana. El presidente, Lee Myung-bak, ha anunciado que reforzará las tropas destacadas en la isla de Yeonpyeong, que fue bombardeada el martes pasado por el ejército norcoreano, con un balance de cuatro muertos -dos civiles- y 18 heridos surcoreanos. Del mismo modo, prepara unas maniobras militares conjuntas con EEUU en frente de las mismas barbas del líder del régimen norcoreano, Kim Jong-il. Estos movimientos han inquietado a China.
El Ministerio chino de Relaciones Exteriores ha comunicado que China está “preocupada” por la evolución de la situación en la península coreana. China se "opone a cualquier acción que mine la paz y la estabilidad en la península" coreana y "expresa su preocupación" frente a esas maniobras, declaró su portavoz, Hong Lei. El primer ministro, Wen Jiabao, ha pedido a todas las partes la "máxima contención", y ha incidido en la necesidad de relanzar las conversaciones internacionales para el desmantelamiento del programa nuclear norcoreano. Wen ha asegurado que esas negociaciones en las que participan Corea del Norte, Corea del Sur, Estados Unidos, China, Rusia y Japón son la mejor forma de asegurar la estabilidad y la desnuclearización de la península coreana. "China está comprometida firmemente a mantener la paz y la estabilidad en la península coreana y se opone a cualquier acto militar de provocación", ha afirmado. China todavía no ha condenado el ataque...
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