Posar para las cámaras en una alfombra roja es cosa de todos los días en el mundo del espectáculo, un requisito casi obligatorio para las celebridades. Pero para Sade, una mujer que podría decirse ha tenido una de las carreras más inusuales en la música, hacer cosas comunes para las estrellas es por lo general atípico. Así que cuando la cantante decidió pasar frente a los paparazzi en el evento benéfico de Alicia Keys “Black Ball for Keys' Keep a Child Alive'' hace unos meses, fue un acontecimiento por sí mismo, y una primera vez para la enigmática cantante. “No me considero una buena estrella. No hago todas estas cosas'', señaló Sade en una entrevista reciente, riéndose de su logro en el evento benéfico, en el que también cantó. “Creo que siempre seré una novata; no volveré a pasar por ahí, al menos no por un tiempo''. Aunque las alfombras rojas no están en su futuro, Sade parece haberse abierto un poco más con su más reciente álbum, “Soldier of Love'', que salió a principios de año. El aclamado disco, con grandes posibilidades de figurar entre los nominados al Grammy cuando se anuncien las candidaturas este miércoles, debutó en el No. 1 de ventas al salir al mercado en febrero. Es el primero en 10 años para Sade, la banda que encabeza y que lleva su nombre. La cantante de 51 años es conocida tanto por su naturaleza solitaria como por sus canciones lentas, hipnóticas, cautivadoras. En una era en la que los artistas rara vez ceden a la luz pública, sacando un proyecto tras otro y dándole sus nombres a líneas de ropa, fragancias, videojuegos y más, Sade sólo aparece cuando tiene nueva música, y un nuevo álbum suyo es de por sí un acontecimiento. Su último CD antes de este, “Lovers Rock'', salió en el 2000 luego de una pausa de ocho años. Así que fue algo sorprendente verla cantando en “Dancing With the Stars'' de ABC tras el lanzamiento, aparecer en un sketch satírico con Wanda Sykes en el ahora extinto programa de la comediante o en programas como “106 & Park'' de BET para promover la producción, con certificado de ventas multiplatino. Sade reconoce que hoy se siente ligeramente más cómoda con el torbellino mediático. “Soy una estrella reacia en muchos sentidos, pero la única forma en que uno puede sortearlo es cambiando, y creo que estoy haciéndolo, aflojándome un poco, en cuanto a estar ahí y ser vista y ser juzgada'', dijo. “(A veces) estoy bien por un minuto y entonces me siento como que, ¿Qué hice?, ¡Oprimí el botón de sí! Es demasiado tarde, los misiles ya están en camino'', dijo dejando soltar una carcajada. “Pero no siempre es malo oprimir el botón de sí por error''. Y aunque Sade se esté abriendo un poco a los medios, cuando se trata de su música nada ha cambiado mucho desde que la cantante británica nacida en Nigeria y su banda debutaran hace más de 25 años con lo que sería su sonido característico: la voz ronca de Sade sobre una mezcla embriagadora de cuernos, bajo y percusión de jazz. Desde “Diamond Life'' hasta “Sweetest Taboo'' y “Soldier of Love'', Sade crea canciones cautivadoras y llenas de pasión que encajan en el rubro de música ligera pero se mantienen provocativas y sexy. “No es como la moda'', dijo Sade, cuyo verdadero nombre es Helen Folasade Adu. “Se debe a que nuestro sonido es muy nuestro, lo que significa que a la gente le gusta o no le gusta. Pero si no le gusta entonces a uno le pega en el corazón, porque la música sale del corazón, y por eso mismo es fuerte y sobrevive''.
Fuente: informador.com