Como si se tratase de una boda al estilo de la realeza europea, esta que nos ocupa ha tenido un gran despliegue social y mediático convirtiéndose en la boda del año. Ahora bien, siempre que un político se casa nos da la sensación de que aprovecha su boda con algún que otro fin adicional vinculado con su carrera profesional. En esta ocasión, no es casualidad que en el año 2012 Enrique, el gobernador actual con mayor presencia y peso en el país, sea aspirante a la candidatura para los comicios presidenciales.
Escenario escogido estrategicamenteEs cierto que se trata del candidato más aventajado, pero también lo es que celebrar su boda en la Catedral de Toluca quizás no haya sido casualidad. La provincia de Toluca, capital del Estado de México, es la más poblada del país, y por lo tanto donde más personas traducidas en votos electorales hay. Y es que los habitantes de la localidad estaban totalmente entregados a los novios, por lo que no es de extrañar que estos, ella, una estrella del género televisivo más importante en el país, la telenovela, y el, político de éxito, sabían de antemano que este revuelo iba a pasar.Además, los propios novios quisieron que su boda fuera un evento del que se hablara, pese a que el acceso a los medios era limitado. Así, en la página de Facebook de Angélica se relataron las incidencias de la boda, pasando por la organización hasta la decoración. Este gesto tuvo tal repercusión que los seguidores de la esposa de Peña Nieto subieron en más de 19 millones. ¿Querrá hacer lo mismo él con sus partidarios políticos?
Peña Nieto, un hombre conservadorPor otra parte, en cuanto a los detalles más explícitos de la boda, tenemos algunos datos curiosos. El ya matrimonio contaba con tres hijos de sus anteriores relaciones y fueron estos los encargados de acompañar al altar a sus padres. En el caso de Enrique, fue su hija mayor, Paulina, de 15 años quién cogió a su padre del brazo, y en el de Angélica fue Alejandro de 12 años, hijo del gobernador quién la acompañó hacia el altar. Es destacable también la frialdad con la que el novio beso a la novia. Acostumbrados a los típicos besos de las telenovelas que protagoniza Angélica, el que Peña Nieto le dio a su ya esposa fue un escaso rozamiento de labios ante el que algunos testigos y los pocos fotógrafos presentes en el enlace se defraudaron por el carácter conservador del novio.Su llegada a la Catedral se realizó en un Volkswagen Passat negro, vehículo poco común en las bodas que suele ser sustituido por coches de otras marcas como Mercedes, BMW o Audi. A la salida del templo los toluqueños se mostraron especialmente entusiasmados con la presencia de los novios, y Angélica, para agradecérselo, arrojó su ramo de flores a las mujeres que le daban la enhorabuena a la salida de la iglesia.
Fuente: diariofemenino.com