La última jugada de Acción Popular o como matar un movimiento

                                                                                                          “Los movimientos sociales no mueren, se suicidan” Como solía decir el recordado presidente de la transición, Dr Valentín Paniagua, es más fácil ser historiador que profeta. Muchas veces quienes tratamos sea por oficio o vocación en aventurarnos en el cambiante mundo de los vaticinios políticos, quisiéramos errar con toda el alma, desearíamos equivocarnos en los futuros posibles que avizoramos en función a determinados parámetros, espero que este sea el caso para el pequeño análisis que voy a ir implementando en las próximas líneas, sería lamentable para el Perú y su frágil sistema político que una tradición tan rica en valores, principios y sueños como el accio-populismo se perdiera en las sombras de la historia como pareciera que puede ocurrir hoy dadas las decisiones en que se ven obligados la actual cúpula por las circunstancias. El caso de Acción Popular se enmarca dentro del declive de la clase política peruana y su institucionalidad durante los 90´s y su incapacidad para convocar y crear nuevos liderazgos, las estructuras organizativas no se adaptan y las viejas cúpulas no logran dar el gran paso de comprender a la cambiante sociedad peruana de principios de siglo o eso parece acaso. Tenemos a los 3 grandes partidos sobrevivientes de la década de los 80´s, el APRA, Acción Popular y el PPC; en la actualidad ninguno es capaz de presentarse con candidato propio, aunque el APRA el partido actual de gobierno en virtud de su maquinaria, recursos y capacidad política de su líder Alan García Pérez, actual presidente de la república presente como candidata presidencial a un independiente como Mercedes Araoz y resalta con ello su superioridad como organización en relación a los otros dos movimientos. Del PPC nos ocuparemos en otra ocasión, no es el motivo del presente análisis. En el caso que nos ocupa, Acción Popular, es una institución que ha dirigido los destinos del país en 3 ocasiones, mantiene una interesante presencia local que se expresa en la obtención de cerca de 70 gobiernos locales y uno regional durante las elecciones locales y regionales del presente año, sin embargo es obvio para cualquier observador externo la inexistencia de un liderazgo de carácter nacional que pueda aglutinar sus bases en torno a un objetivo común y la misma organización acciopopulista en si es conocida por su carácter endeble que pudo observarse en el  bajo porcentaje alcanzado tanto durante las elecciones del 2006 con el Dr. Valentín Paniagua como candidato presidencial y con el magro resultado de 2% alcanzado en la ciudad de Lima por el candidato a la alcaldía en las más recientes elecciones locales. En esa situación el acciopopulismo tenía o tiene más bien dos opciones o se une a un bloque que pueda darle la posibilidad de pasar la valla electoral del 5% establecida como mínimo para pasar el mantenimiento de la inscripción, o bien se arriesga a ir solo con el símbolo en una escena donde lo más probable es la obtención de un porcentaje nacional menor al 5% y con ello pierde la inscripción. Ante esas opciones el criterio más sensato que ha primado ha sido el de mantener la inscripción yendo hacia la conformación de un bloque con Perú Posible y Somos Perú con el propósito de apuntalar la candidatura del ex presidente  Alejandro Toledo. Por cuestiones de la gravedad cuando dos cuerpos celestes se atraen, el de menor densidad es absorbido por el de mayor masa y consiguientemente destruido para pasar a ser sus componentes parte del mayor.  Tomemos en cuenta que Perú Posible es una organización que ocupa el mismo espacio electoral que en su momento ocupo un Acción Popular encabezado por Fernando Belaunde e incluso reivindica su legado doctrinario. Siendo parte de una alianza, de cualquier alianza el partido Acción Popular rehúsa la recordación y la influencia de sus símbolos ya por demás con escaso nivel de recordación, mientras pierde la oportunidad de oxigenar sus estructuras y dar un sentido de pertenencia a su militancia basado en la participación de un proyecto común y a la vez propio de su comunidad política. Es posible que solo el accio-populismo arriesgaría una derrota de proporciones épicas, pero en la dificultad de obtener de nuevo la inscripción y en la necesidad subyacente de renovación de sus estructuras lograra dar los primeros pasos hacia su reinserción dentro de la sociedad peruana actual. En el escenario elegido el riesgo más grande viene por el lado de la absorción de las canteras juveniles por parte del movimiento peruposibilista, este como organización tiene de momento mayor viabilidad y mayores perspectivas que una Acción Popular timorata y carente de las vocaciones de riesgo que son necesarias para mantener la vigencia en política. El escenario más probable en ese sentido seria la extinción del accio-populismo y su absorción en los canales de la maquinaria de Perú Posible. Por supuesto como menciono implícitamente al iniciar estas líneas, espero equivocarme y que este muerto en particular, goce de buena salud. Iván Budinich C.ivanbudinich@yahoo.com