En estos tiempos de necesidades, bueno es recordar que Zeus, a través de su hija Pandora, le hizo llegar al hombre una Caja donde se suponía que estaban todos los bienes para el hombre. Pandora abrió la Caja y salieron volando seres halados que eran los males y los cuales desde entonces son los que hacen padecer al hombre. Pero, cuando faltaba un ser que estaba por salir de la Caja, Zeus le ordenó a Pandora cerrarla. Entonces, el hombre creyó que, por lo menos, había conservado un bien. Este bien se llama Esperanza y es al que el hombre le echa mano para salvarse, pero, ignora que es el peor de todos los males, porque su creencia en la esperanza le hace abandonar la dirección de su propia historia. Es como decir, que todo se lo dejamos a Dios. La pregunta es por qué Zeus engañó al hombre con la esperanza. La respuesta es, si los hombres supiesen que no hay nada que pudiera salvarlos de sus males, tomarían la decisión de suicidarse, víctimas de la desesperación. Por eso Zeus fue sabio al brindarle el mal de la esperanza, respecto de la cual se valen los religiosos y los gobernantes que al unísono le demandan al pueblo tener esperanza. Así, el hombre acaba pidiéndole a Dios, lo que el gobernante no puede darle, y de este modo la esperanza pasa de la ventanilla del gobernante a la ventanilla del religioso, quien a su turno cuando no se haya recibido nada, le recordará al hombre que a Dios no se le puede reclamar y que hay que tener esperanza.