Miles de pasajeros bloqueados pasaron la noche en los aeropuertos, sobre todo en Madrid-Barajas, donde sólo algunos vuelos transatlánticos pudieron aterrizar.
Esta huelga salvaje estalló justo cuando miles de españoles se disponían a viajar con motivo del largo puente de cinco días por los festivos de la Constitución (el lunes) y la Inmaculada (el miércoles. Unos 250.000 pasajeros quedaron desde el viernes bloqueados por esta huelga salvaje, según la autoridad aeroportuaria AENA.
Un Consejo de Ministros extraordinario, reunido este sábado por la mañana, podría declarar "el estado de alarma", declaró el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, advirtiendo de que los controladores aéreos que no se presenten a sus puestos de trabajo podrían ir a prisión.
El estado de alarma "supone que se va a movilizar a todos los controladores y que en caso de que algún controlador no acuda a su puesto de trabajo, pasará inmediatamente a disposición judicial, acusado de un delito que puede implicar penas graves de prisión", explicó Rubalcaba.
El Ejecutivo anunció el viernes por la noche que confiaba al Ejército la gestión del control aéreo después del abandono masivo de los controladores civiles de sus puestos de trabajo. El control militar se mantendrá "hasta que existan garantías de que se recupere por parte de los controladores civiles la normalidad en la prestación de sus servicios", precisó Pérez Rubalcaba.
La compañía aérea española Iberia anunció este sábado que suspendía todos sus vuelos hasta el domingo a las 6h (las 5h GMT) debido a la huelga de los controladores aéreos. El sábado por la mañana, la casi totalidad del espacio aéreo español estaba cerrado, con la excepción de los vuelos transatlánticos.
"La situación es igual que ayer. No hay vuelos. Solamente están entrando en (el aeropuerto de) Madrid-Barajas vuelos transoceánicos, son los únicos vuelos que están operando. La situación es igual en todo en país", declaró el portavoz de AENA.
En el aeropuerto de Madrid, miles de pasajeros pasaron la noche en los vestíbulos de facturación, sentados en el suelo, cubiertos con mantas. Muchos de ellos explicaban que no habían recibido ninguna información sobre su vuelo, otros rellenaban hojas de reclamación.
"Nos han dicho que el vuelo está cancelado y nos han dado hojas de reclamación", señalaba Teresa Cabezas, de 60 años, que tenía que volar el sábado por la mañana a Cracovia, para pasar cuatro días en la ciudad polaca.
Los controladores aéreos abandonaron sus puestos de trabajo el viernes por la tarde para protestar contra una medida aprobada poco antes por el Consejo de Ministros, que ratifica un máximo de 1.670 horas al año trabajadas.
Esta medida forma parte del dispositivo de privatización parcial de la entidad pública gestora de los aeropuertos y el tráfico aéreo (AENA) adoptada por el Gobierno en el marco de las nuevas medidas anticrisis.
En el aeropuerto de Madrid, un cartel advertía en español y en inglés de que, "debido al abandono masivo de su puesto de trabajo por parte de los controladores aéreos, todos los vuelos quedan cancelados hasta las 10h00 (9h00 GMT)". Otro pasajero, Luis García, de 41 años, llegó al aeropuerto de noche en coche desde Asturias. Su vuelo había sido cancelado.
"Había gente que dormía en el aeropuerto", dijo. Este pasajero tenía que volar dirección Shanghai vía Zúrich y esperaba en el mostrador de la compañía Swiss con un amigo, Enrique Fernández, de 44 años, que tomaba el mismo vuelo para Zúrich para ir luego a Nueva York. "Perdemos el vuelo y la combinación", se lamentaba Luis.
Fuente: yahoo.es