WikiLeaks se coló en la Cumbre

"Ratificamos a nivel de la Cumbre Iberoamericana nuestro repudio a estas operaciones de intriga política permanente, espionaje y violación al derecho internacional", fustigó Maduro, durante su primera alocución pública desde que arribó a Mar del Plata. "Llamamos a una reflexión sobre la ética política, para que el repudio se convierta en renovación de las relaciones políticas".

En la misma línea se pronunció el vice boliviano. "Están ahí las pruebas, hay referencias de la relación de Bolivia con Venezuela, Argentina y Brasil. Hasta nuestra respiración está controlada, pero no le tenemos miedo. La transparencia es la mejor lucha contra la conspiración. No podemos permitir que la diplomacia imperial nos divida. América Latina no va a caer en estas provocaciones. Sabremos mantener la confianza mutua".

La cita en la ciudad argentina de Mar del Plata es embarazosa para muchas de las delegaciones. Los documentos secretos del Departamento de Estado de los EEUU, que reveló la plataforma digital del hacker australiano Julian Assange, incluyen información que eventualmente puede enfrentar a las comitivas. Aunque el eje de la Cumbre es un plan educativo, la tensión diplomática concentra toda la atención.

Se supo, por ejemplo, que Brasil estaba al tanto de la presencia de guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Venezuela. Su presidente saliente, Lula da Silva, fue garante de la recomposición de relaciones entre Caracas y Bogotá, pero nunca mencionó nada de la información sensible que guardaba Brasilia. También se conoció la promesa de Buenos Aires a Washington de colaborar en la "moderación" del gobierno boliviano.

Trascendió, además, un comentario de la ex presidente chilena, Michelle Bachelet, quien dijo que Cristina Kirchner y su marido eran unos "paranoicos del poder". Por último, se conoció la preocupación por los "niveles de corrupción" en la Argentina de un asesor de la presidencia española. "Algunos viven de acuerdo al viejo dicho de que un político que es pobre es un pobre político", habría dicho Bernardino León, secretario general de la oficina de Zapatero

El jefe del Gobierno español fue el primero en anunciar que suspendería su viaje a la Cumbre. La ausencia de último momento de Hugo Chávez se sumó a las de Evo Morales, Daniel Ortega y Raúl Castro. Rafael Correa llegó un día más tarde de lo previsto y faltó al acto inaugural. La sesión extraordinaria de Unasur que estaba prevista tuvo que ser cancelada.

El "faltazo" de los principales líderes de la alianza bolivariana fue interpretado como un indicio del malestar con los demás países por su "tibieza" ante el cablegate. Los referentes del ALBA hubieran querido una crítica formal y conjunta a los EEUU por los manejos de sus embajadas. Al cierre de esta crónica, esa posibilidad estaba descartada. Se barajaba una rueda de prensa de Correa en la que hablaría del tema, pero a título personal.

Según trascendió, Buenos Aires habría hecho gestiones para frenar los dardos hacia los Estados Unidos. Antes de viajar a Mar del Plata, Cristina Kirchner recibió un llamado de la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, en el que le dio "explicaciones" por los archivos filtrados. Luego de esa comunicación, la presidente argentina se convenció de mantener el silencio absoluto.

Por su parte, Correa y Morales, desde Bolivia, intentaron dar señales de unidad y confianza. "WikiLeaks reveló la ingenuidad de Estados Unidos de pensar que puede a través de esa querida amiga que es Cristina Fernández de Kirchner, influcenciar para que el presidente Correa sea más maduro, más moderado, más equilibrado en su relación con Colombia. La ingenuidad de creer que Cristina iba a influenciar en mí, se iba a prestar a aquello, para tratar de resolver el problema con Colombia a través de concesiones de Ecuador".

Morales afirmó que "jamás tendré desconfianza de la presidenta Cristina, cuando había escasez de harina en Bolivia ella nos ayudó mandando harina para que no falte pan. Tenemos mucha confianza, la confianza va a continuar . Esa información es para enfrentar a los presidentes, crear desconfianza; se equivocan en eso y no lo conseguirán".

Los discursos de Maduro y García Linera confirman una estrategia común del ALBA sobre el espinoso asunto: dirigir todas las críticas a los EEUU, eludir el contenido de los cables filtrados y evitar confrontar en público -aunque no en los entretelones- con los demás presidentes latinoamericanos. En cualquier caso, WikiLeaks se coló en la agenda de alto rango en la Cumbre Iberoamericana.

Fuente: infobae