Por ejemplo, dicen por ahí que le gusta usar sales de baño japonesas y que le gusta ir anunciándolo a los cuatro vientos.
Y es que algunos rumores indican que la esposa del príncipe Felipe podrá ser toda la realeza que quieras, pero que lo arrogante no hay quien se lo aguante. Las últimas en sufrir con su engreída actitud han sido las dependientas de una tienda especializada en tratamientos estéticos.
Según publica la revista ¡Qué Me Dices!, la princesa se acerco al establecimiento preguntando por las sales de baño que acostumbra usar –y que no son nada fáciles de conseguir por lo que parece–. Las dependientas le dijeron que no tenían, a lo que la gran Letizia contestó : "Claro, es que a mí me las traen de Japón". Pues los presentes se quedaron con cara de no me jodas, observándola mientras se preguntaban para sus adentros qué hacer.
Y la princesa de Asturias, el verlos mirándola fijamente, lo volvió a hacer diciéndoles: "Vaya, todo el mundo mirando en lugar de trabajar".
Pero ahí no quedó la cosa, las dependientas trataron de contentarla, ofreciéndole un tratamiento capilar, ideia que parece no haberle gustado mucho a la princesa ya que se limitó a decir: "Sí, claro, para que me manchéis el pelo de grasa". Pues vaya.
Fuente: mascorazon.com