El primer ministro italiano superó el martes las dos mociones a las que le sometió la oposición. La moción de censura fue rechazada en el Parlamento por tan sólo tres votos. Pese a salvar la cabeza, queda en evidencia una precaria mayoría que no le garantiza estabilidad a su Ejecutivo.
Si Il Cavaliere fuese un animal sería un gato, pues tiene siete vidas. En realidad, tres. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha salvado la cabeza al ganar hoy por tres votos de diferencia las dos mociones a las que la oposición le ha sometido. Una moción en cada cámara, y cada una salvada por los pelos. Sin embargo, su mayoría agoniza, pues el es apoyo con el que cuenta no le garantiza la estabilidad que necesita su Ejecutivo. 314 votos en contra y 311 a favor. Dos abstenciones. Y polémica. Le han hecho falta a Berlusconi el voto de un diputado tránsfuga del Partido Democrático, Massimo Calearo, y de dos diputadas de Fini que le han traicionado y han permitido a Il Cavaliere salir indemne del patíbulo que ha sido para él la jornada plenaria. El debate previo a la moción ha sido áspero, una pelea de gallos. En realidad, un gallinero: gritos, peleas, acusaciones de corrupción y traición… el resumen del espectáculo de carnaval en que se ha convertido la legislatura en Italia, poblada de exabruptos, procesos judiciales y casos de transfuguismo...
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