La Puerta del Sol, Madrid

Una buena opción a la hora de visitar esta ciudad  buscar un hotel en Madrid cerca de la Puerta del Sol. En muchos sentidos es el corazón de la ciudad, pues allí se encuentra el Kilómetro Cero del que parten las seis carreteras nacionales que salen de la capital y es, sin duda, uno de los barrios más animados de la ciudad. Es zona de paso diario de miles de madrileños: funcionarios que trabajan en el Ayuntamiento o en la Comunidad; personas que buscan alguna ganga en los numerosos comercios de la plaza; o de quienes buscan suerte en alguna de las administraciones de Lotería. Cada 31 de diciembre, la plaza se convierte en el centro de atención de toda España: el calendario cambia de año al son del reloj de la antigua Real Casa de Correos. La tradición se remonta a 1962, año en que Televisión Española retransmitió por primera vez las campanadas de Fin de Año desde la Puerta del Sol.También se encuentra en la plaza otro de los emblemas de Madrid: el Oso y el Madroño. La estatua es obra del escultor Antonio Navarro Santafé, data de 1967 y representa en piedra y bronce las armas heráldicas de la ciudad.La Puerta del Sol ha sido testigo mudo de los avatares de la Historia. El dos de mayo de 1808, la plaza acogió el levantamiento popular contra Napoleón, hecho que aparece reflejado en el famoso cuadro de Goya La carga de los mamelucos. Entre las visitas obligadas recomendamos el Real Monasterio de las Descalzas Reales, que alberga en su interior una excelente pinacoteca con obras de Murillo, Zurbarán, Ribera, Van der Weyden, Tiziano o Brueghel el Viejo. Otro museo de primer nivel es el de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, considerado por muchos la mejor pinacoteca de España después del Museo del Prado.Un paseo por las calles circundantes a la Puerta del Sol nos permitirá conocer algunas de las construcciones más bellas de los siglos XIX y XX.En los alrededores de la plaza se encuentran algunos locales emblemáticos de la gastronomía madrileña. En la Carrera de San Jerónimo sobrevive Lhardy, una reliquia del Madrid decimonónico. En sus orígenes fue una pastelería que abrió posteriormente una sección de charcutería para, finalmente, convertirse en un restaurante. Su cocido madrileño pasa por ser uno de los mejores de la Villa y Corte. La tienda de delicatessen anexa también merece una visita. En la calle Tetuán se encuentra Casa Labra, una de las tascas más clásicas e Madrid, donde los parroquianos se congregan para tomar una caña y una tapa de bacalao rebozado. En la calle Álvarez Gato, la de los espejos esperpénticos de Valle Inclán, se encuentra Las Bravas, un local especializado en patatas bravas que, gracias a su salsa patentada, siguen siendo las mejores de la ciudad. En la zona existe una amplia oferta de restaurantes regionales y, desde hace algunos años, de gastronomía internacional.No faltan motivos para visitar Madrid en cualquier época del año: la animación de los bares, de las tabernas y de otros lugares de ocio madrileños supera con creces a los de cualquier capital europea.