Susana Villarán en su laberinto

Villarán en su laberinto

Que recuerde, nadie en los últimos tiempos ha sufrido un desgaste político tan veloz como el que hoy padece la alcaldesa electa de Lima, Susana Villarán, todavía antes de prestar juramento y ocupar la silla de Nicolás de Ribera. Y este simple comentario no la enuncio alborozado o a lo mejor “dolido” – como algunos lectores me lo atribuyeron a raíz de un análisis sobre la reciente conducta de Villarán, publicada el pasado 24 de noviembre – por el triunfo de una causa de izquierda en el gobierno edil capitalino. Aclaro que creo y siempre he creído en la necesidad de la existencia de un espectro izquierdista sobre el tablero político porque me molestan las voces únicas o las verdades absolutas.Conozco además a la “tía regia” hace más de 15 años, cuando las papas quemaban durante el régimen autoritario de Alberto Fujimori y un grupo de ciudadanos fundamos el Foro Democrático para resistirlo. Susana me ayudó a darle perfil a un programa en radio Cadena al cual denominamos “La hora del Foro Democrático” que estuvo bajo mi conducción por más de año y medio.La juzgo honesta pero despistada (las tres hipotecas sobre una de sus propiedades administradas por su hermano Álvaro lo demuestra). Demócrata pero con rasgos de intolerancia. Activista social y trabajadora, dueña de un carisma evidente pero atropellada por el escaso acierto de algunas de sus decisiones políticas.Y el mayor de sus desaciertos actuales, el que sume en el desconcierto a seguidores y allegados, es su prolongada ausencia del escenario nacional cuando su partido, Fuerza Social, debatía un rumbo importante en el proceso electoral del 2011. Cuando se anunciaban confluencias y acuerdos. Cuando era imprescindible darle la cara a quienes – equivocados o no – la acompañaron lealmente en la campaña municipal.Sus voceros dicen que la alcaldesa electa cumple un “programa impostergable” en Europa elaborado por el Banco de Desarrollo de América Latina-CAF, al cual se sumó un conversatorio de dos días organizado por el ayuntamiento de Madrid donde participaron diversos líderes y comunicadores peruanos.Sin embargo, la dimensión del drama que agobia a FS y las severas contradicciones entre sus conductores, obligaban a Villarán a suspender todo, absolutamente todo, para regresar al Perú y cumplir el papel que le asigna su condición de dirigente de dicho partido. Lima no se salvará por cuatro centavos más o menos de la CAF que ella consiga, cuando más bien la crisis política del nuevo concejo municipal (donde sus ex socios dicen ahora que la “fiscalizarán”) podría hacer estallar cualquier proyecto interesante.Villarán está en un gran laberinto y ella es la única que no lo percibe.