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Domingo 26 de diciembre 2010

Hamburguesas y Salud Humana

Para que en Europa puedan consumirse alimentos baratos, muchas empresas recurren al trabajo infantil, la esclavitud, la explotación, el maltrato a los animales y la destrucción del medio ambiente. Este es un breve extracto del libro "El Libro Negro de las Marcas (El lado oscuro de las empresas globales)", páginas 89 a 92, de los autores K. Werner y H. Weiss.
Domingo 26 de diciembre 2010
Hamburguesas y Salud Humana

McDonald's y los pecados de la carne

McDonald's ya era criticada en los años ochenta porque la mayor parte de la carne que iba a parar al estómago de los estadounidenses –en forma de rodaja, entre dos rebanadas de pan blanco– provenía de Sudamérica. Enormes superficies de selvas tropicales sucumbieron allí ante la necesidad de obtener tierras de pastoreo para el ganado de esta multinacional norteamericana.

En 1997, durante un sonado juicio de la multinacional contra dos de sus críticos en Londres, trascendió que a lo largo de esa década McDonald's había seguido exportando carne vacuna brasileña hacia Suiza y Gran Bretaña. Los testigos confirmaron ante el tribunal que estancias brasileñas y costarricenses continuaban proveyendo carne vacuna a la empresa norteamericana. Según sus declaraciones, las estancias estaban ubicadas en terrenos pertenecientes a la selva, cuyo desmonte obligó a expulsar a parte de la población nativa.

En la Unión Europea, alrededor de un tercio del forraje necesario para alimentar el ganado es importado. La mitad de esas importaciones procede de países del llamado Tercer Mundo. Allí se destinan enormes extensiones de terrenos a la siembra del forraje, terrenos que por lo general son los más fértiles y favorecidos por el clima y que quedan de ese modo inutilizables para la producción local de alimentos.

Para obtener carne, en el mundo se destinan al engorde 1.300 millones de cabezas de ganado bovino. Aproximadamente la mitad de la cosecha mundial de cereales, es decir, 600 millones de toneladas anuales, se utiliza como forraje. En Brasil, la quinta parte de los terrenos cultivables ya está ocupada con forrajes para los países de la UE.

Al mismo tiempo, crece el hambre: las vacas de los ricos se comen el pan de los pobres.

Los gases expelidos por los bovinos recalientan el planeta

Más allá de lo dicho, el consumo masivo de carne también es cuestionable desde el punto de vista ecológico. La cría de bovinos, por caso, contribuye en gran medida al recalentamiento terrestre. Alrededor del 85% de los cambios climáticos originados por la agricultura son atribuibles a la producción de forrajes. La culpa es (fuera de broma) del gas metano que expele cada tanto el estómago de los rumiantes. "Por lo tanto –tal como concluyó acertadamente una comisión de expertos del Parlamento alemán–, una vaca promedio puede generar el mismo efecto invernadero que un automóvil promedio."

Animales torturados por la industria del fast-food

Las entidades protectoras de animales también critican los métodos utilizados por las empresas de fast-food. En los establecimientos industrializados, los animales viven en un espacio muy reducido y son tratados como máquinas. A los toros se los castra sin anestesia. Por lo general, no hay ventilación ni espacio para pastar. La alimentación sé realiza sobre la base de pienso concentrado, el cual suele ser enriquecido con hormonas y antibióticos para que los animales crezcan y se desarrollen con mayor rapidez... y lleguen antes al matadero.

Sin embargo, muchas de estas criaturas sobre-engordadas mueren mientras son transportadas al matadero o incluso antes. Por esa razón, la organización People for the Ethical Treatment of Animáis (PETA) recurrió a métodos drásticos para protestar contra las prácticas aberrantes instrumentadas en los establecimientos proveedores de las cadenas de fast-food. Frente a los restaurantes de la cadena McDonald's de 23 países, los activistas repartieron unas cajitas similares a las que la empresa prepara para los niños. Pero estas cajitas contenían fotos y muñequitos que imitaban a animales cruelmente sacrificados. La reacción no se hizo esperar: En agosto de 2000, McDonald's anunció que se ocuparía de implementar condiciones de producción menos crueles hacia los animales.

Las entidades protectoras de animales también critican los métodos utilizados por las empresas de fast-food. En los establecimientos industrializados, los animales viven en un espacio muy reducido y son tratados como máquinas. A los toros se los castra sin anestesia. Por lo general, no hay ventilación ni espacio para pastar. La alimentación sé realiza sobre la base de pienso concentrado, el cual suele ser enriquecido con hormonas y antibióticos para que los animales crezcan y se desarrollen con mayor rapidez... y lleguen antes al matadero.

Sin embargo, muchas de estas criaturas sobre-engordadas mueren mientras son transportadas al matadero o incluso antes. Por esa razón, la organización People for the Ethical Treatment of Animáis (PETA) recurrió a métodos drásticos para protestar contra las prácticas aberrantes instrumentadas en los establecimientos proveedores de las cadenas de fast-food. Frente a los restaurantes de la cadena McDonald's de 23 países, los activistas repartieron unas cajitas similares a las que la empresa prepara para los niños. Pero estas cajitas contenían fotos y muñequitos que imitaban a animales cruelmente sacrificados. La reacción no se hizo esperar: En agosto de 2000, McDonald's anunció que se ocuparía de implementar condiciones de producción menos crueles hacia los animales.

En abril de 2001, Burger King, la segunda cadena norteamericana de fast-food, cedió también a la presión de la calle y prometió realizar mejoras. Eso sí, entre efectuar esos anuncios y lograr un tratamiento más ecológico o justo hacia los animales todavía hay un largo trecho.

La crisis de la vaca loca pone bajo presión a las empresas de hamburguesas

A todo esto, las hamburgueserías se encuentran bajo una inmensa presión, sobre todo desde que se desató la crisis de la vaca loca en Europa y desde que la fiebre aftosa se propagó rápidamente a principios del año 2001. La encefalopatía espongiforme bovina (EEB) condujo a la matanza de millones de cabezas y a una crisis agrícola generalizada, primero en Gran Bretaña y a partir de la segunda mitad del año 2000 también en el continente europeo.

Al día de hoy, el número de muertos a causa de la enfermedad de Creutzfeld-Jakob (a la cual se la relaciona con la EEB) ya asciende a unas cien personas. Esta coyuntura estuvo a punto de provocar el colapso del mercado de la carne bovina. Una de las empresas más afectadas por la crisis fue el líder mundial, McDonald's.

"Las vacas locas... ¿aniquilarán al BigMac?", planteaba con preocupación una revista norteamericana a propósito de estas cuestiones.36 Si así fuese, pagarían por una vez los pecadores. Porque los bovinos, que en realidad son herbívoros, fueron alimentados con harina de origen animal, y fue eso lo que llevó a la propagación de la epidemia en Europa.

El crecimiento perverso de la cría industrializada no es nada más ni nada menos que la consecuencia lógica de la filosofía de McDonald's: una filosofía que busca aumentar las ganancias a cualquier precio. "El mal de la vaca loca se está convirtiendo en la peste del comercio globalizado", afirma James L. Watson, un profesor de Harvard que conoce a fondo el consorcio de las hamburguesas. Según él, McDonald's y la EEB son engranajes de un mismo sistema. Dentro de ese sistema Watson incluye también a la tecnología genética. Desde 1996, los envíos hechos por las empresas norteamericanas a Europa también contienen forrajes modificados genéticamente. En julio de 2000, la organización ecologista Greenpeace comprobó que McDonald's alimentaba con soja transgénica a los pollos, a los mismos que luego vendía como McNuggets y hamburguesas McPollo. Fueron necesarias las protestas de los consumidores para que la empresa declarara que, a partir de abril de 2001, dejaría de utilizar productos modificados genéticamente.

La tecnología genética: un arma maravillosa

Uno de los argumentos que se esgrimen recurrentemente para apoyar el uso de la tecnología genética en la agricultura es su posible utilización para combatir el hambre en el mundo. Demasiado bello para ser cierto. En realidad, el hambre en el mundo no se debe tanto a una producción agrícola insuficiente sino más bien al reparto injusto de esas riquezas..

"Contratos esclavistas"

Para la naturalista india Vandana Shiva, la tecnología genética acentúa aún más la explotación de los países pobres. Las empresas patentan las semillas que desarrollan, argumentando que tienen derecho a recibir una compensación por sus inversiones en investigación. De modo que si un agricultor utiliza porotos de soja de la firma Monsanto, no puede seguir cultivándolos como hizo desde siempre, sino que debe volver a comprar las semillas tras cada cosecha. "Es una suerte de contrato esclavizante, a los granjeros se les prohíbe reutilizar sus semillas, un derecho que les había pertenecido desde siempre", dice la ganadora del Premio Nobel alternativo, y agrega: "El cultivo propio se considera delito. Las actividades normales del campo se califican como un delito por el cual uno puede ser perseguido, multado y encarcelado. De ese modo corremos peligro de caer en una nueva forma de colonialismo industrial en el que no sólo los campesinos, sino también países enteros pierden sus derechos."

Por lo tanto, el interés principal de las multinacionales que disponen de tecnología agrícola es comercializar su producción agropecuaria. Quienes tienen una visión crítica como Vandana Shiva temen que un puñado de empresas controle gran parte de las reservas alimentarias mundiales y llegue a tener un poder insospechado. A la cabeza de ese grupo se encuentra la compañía suiza Syngenta (la fusión de Novartis y AstraZeneca) Le siguen Monsanto (EE.UU.), Aventis (Francia), BASF (Alemania) y DuPont (EE.UU.).

Ya sabemos ahora las consecuencias de la comida chatarra, y no por gusto fue bautizada con ese mote "chatarra".

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COMENTARIOS
1 comentarios
Disculpen, hay dos párrafos repetidos (al lado de la cajita), me equivoqué al pasar de word a este web.
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