Ollanta Humala y el voto militar
Si el comandante (r) Ollanta Humala ganara las elecciones, los altos cargos de responsabilidad de gobierno serían asumidos por quienes él acaba de presentar como miembros de su equipo de Plan de Gobierno, casi todos dirigentes de la extrema izquierda tradicional, conservadora del viejo statu quo estatista , y antimilitar.Es la misma izquierda que, en co-gobierno con Valentín Paniagüa y con Alejandro Toledo, promovió el desarme de nuestra Defensa Nacional, la cacería penal contra quienes lucharon contra el terrorismo, y la impunidad para los terroristas.Es co-responsable de que los sueldos y pensiones militares sigan siendo miserables, de que más de mil ex combatientes contra el terror estén perseguidos, y de que más de cinco mil terroristas hayan sido excarcelados sin pagar sus crímenes.Ella construyó el informe de la Comisión de la Verdad de manera que quien lo lea concluya que la democracia es un régimen violador de DDHH, que las fuerzas armadas son una organización criminal y que los terroristas son víctimas inocentes.El excomandante ha llegado a la política con 20 años de retraso, para ser ahora el candidato de los restos de la Izquierda Unida (IU), que con retórica tramposa sigue enarbolando las banderas del estatismo y del populismo que hundieron al país en la más profunda miseria en la década de los años 80’.El candidato que vistió el uniforme militar se abraza ahora con quienes han torcido la historia para martirizar el terrorismo y enlodar a las fuerzas armadas. Se une codo a codo con quienes han alentado desde el poder y desde las tribunas públicas la humillación y el desarme de nuestros institutos armados.El excomandante Humala –dos veces golpista frustrado- tampoco tiene autoridad para alzar las banderas de la lucha anticorrupción cuando se calla ante la corruptela que impera en el Poder Judicial digitada por sus amigos caviares. No puede hablar de moralidad quien tiene hoy como asesor a un coronel que fue jefe del Departamento de Administración de la Carrera del Oficial del ejército justo cuando desapareció el legajo personal de Humala, evitando así que los ciudadanos conozcan su trayectoria como soldado.Tampoco puede predicar honradez quien no sabe explicar cómo ha hecho para comprarse una residencia, una camioneta 4×4 y costosas joyas recibiendo una modesta pensión de comandante del ejército en retiro.Imposible proclamar la moral si lleva en su equipo de gobierno a un conocido empresario que el año 2006 intentó venderle 16 helicópteros con sobreprecio al estado peruano, en complicidad con Alejandro Toledo, intento delictivo que quedó impune.El vehemente luchador contra la corrupción aprista se olvida convenientemente de la podredumbre moral del toledismo. A Toledo no lo toca ni con el pétalo de una rosa porque los operadores judiciales de éste han “enterrado” el caso Madre Mía, en complicidad con las ONG que trafican con los derechos humanos.Si fuese cierto que existe una “izquierda herbívora” (Vargas Llosa dixit), pues la que ha convocado Humala bien podría ser considerada “carnívora”.Hay que ser muy ingenuo para creerse que la izquierda entronizada en el poder va a reivindicar política y económicamente a quienes consideran el “aparato represivo del capitalismo burgués”.La coalición de Humala con la izquierda ha confirmado que su apuesta política es antisistema y que ha renunciado a los principales valores que le fueron inculcados cuando fue formado como oficial de nuestro ejército: el honor y la lealtad a su institución y a la democracia.Quienes creen que nuestros militares le van a dar su voto al humanismo están equivocados. Nuestros soldados, marinos y aviadores no le darán su voto a quien, por un poco de poder, ha sido capaz de darle la espalda a su institución y de traicionar la memoria de sus camaradas muertos por el terrorismo.