Gran afluencia en Karachi a la marcha contra la revisión de la ley que prevé la pena de muerte en caso de blasfemia contra el Islam. Los manifestantes apoyaban con esta manifestación a un policía que mató al gobernador de la provincia de Punyab, Salman Taseer, que pretendía enmendar la ley.
La marcha de Karachi, capital económica del país con 18 millones de habitantes, fue convocada por los grupos islamistas más radicales para mostrar que están al lado del policía de élite que el martes pasado asesinó a Salman Taseer de 66 años, miembro del Partido del Pueblo de Pakistán (PPP) y acérrimo opositor a los partidos radicales musulmanes.
El policía de élite era su guardaespaldas y al grito de “Allah es grande” acabó con su vida en un barrio elegante de la capital paquistaní, Islamabad. La razón que invocó es que Taseer quería acabar con la pena de muerte por blasfemar contra el Islam.
El gobernador quería enmendarla después de que una franja bastante minoritaria de la sociedad civil hubiera contestado la norma después de la condena reciente a la pena capital a una cristiana acusada por mujeres musulmanas de su pueblo de haber blasfemado contra el profeta Mahoma. Últimamente, Taaser había negado que quisiera reformarla pero había visitado a la condenada a muerte en prisión, una madre de familia de confesión cristiana y cuya suerte depende ahora de un tribunal de Lahore...
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