"¿Y ahora a quién le toca?" Después de la huída de Túnez del presidente Ben Alí, esa es la pregunta y el titular al mismo tiempo, del tabloide francés Libération mostrando los rostros de seis líderes de regímenes árabes autoritarios. La cara de Ben Alí aparece tachada con una cruz pero a su lado vemos a los presidentes de Egipto, Argelia, Libia, Siria y Jordania, "cinco regímenes que la caída de Ben Alí pone en peligro" y es cierto que en varios países se han visto también movimientos de protesta, razón por la cual el conservador Le Figaro asegura que desde Rabat hasta Bagdad "se ha escuchado un silencio ensordecedor de los gobiernos árabes que temen el contagio". Es el caso del presidente egipcio Hosni Mubarak quien lleva 30 años en el poder y quien según Le Figaro se limitó a decir a través de su canciller que "confía en la prudencia de sus hermanos tunecinos". Pero un investigador consultado por Libération habla de la especificidad del caso tunecino, que según él "tiene la suerte de no ser un estado petrolero. La revolución fue protagonizada por la clase media que genera la riqueza del país, una clase media formada y ampliamente laica", dice, lo que no puede decirse de los otros países musulmanes.
Más pegado a los últimos acontecimientos en Túnez, el español El País narra los últimos enfrentamientos en los alrededores del palacio presidencial "entre el ejército y los matones del régimen, la policía personal de Ben Alí que busca sembrar el caos tras la partida de su líder". El País por otra parte habla del rol determinante del ejército: "La revolución fue popular y espontánea pero sin la complicidad de las Fuerzas armadas no hubiese tenido éxito. El ejército rehusó disparar y dejó caer a Ben Alí" dice un ex jefe de Estado Mayor francés al diario español...
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