Grace
Es difícil imaginar que tan débil estaba el Perú cuando firmo el Tratado de Ancón en octubre de 1883.
Además de quedarse con el territorio de Tarapacá, Chile explotaba todas las islas guaneras peruanas hasta cobrar su indemnización.
Si los depósitos de abono no alcanzaban, nada le impedía a los chilenos volver a ingresar al Perú y tomar Puno y Arequipa. Por otro lado, Bolivia codiciaba el puerto de Mollendo.
Asimismo, una vez libre de las tropas enemigas, el Perú recibió las notificaciones de los tenedores de bonos que solicitaban cobrar sus acreencias que acumuladas sobrepasaban los 50 millones de libras esterlinas.
En octubre de 1886, el empresario irlandés Michael Grace presentó al presidente Andrés Avelino Cáceres una propuesta para cancelar la deuda externa.
Chile se opuso a la firma del acuerdo pues significaba inversión y progreso en el Perú. Se desató un feroz debate nacional que polarizo al país. Sin embargo, gracias a la firmeza de Gran Bretaña y del Brujo de los Andes, el convenio se logró suscribir en enero de 1890.
Los tenedores se obligaron a pagar las contribuciones e impuestos de acuerdo a Ley, convenir con el Gobierno las tarifas de los ferrocarriles, construir 160 kilómetros de líneas dentro de un plazo determinado, devolver pasados 66 años libres de todo gravamen, los ferrocarriles recibidos y sus ampliaciones en buen estado de uso y que al menos la mitad de los empleados sean peruanos.
El Estado concedió el libre uso de determinados muelles, la explotación de líneas telegráficas y telefónicas, el guano existente hasta la cantidad de tres millones de toneladas.
Uno de los mayores aciertos del gobernante Cáceres fue realizar el contrato Grace. No hubo grandes negociados. El único ferrocarril rentable fue la vía Lima-Callao. El guano cedió su importancia económica al azúcar, el caucho y la plata.
La Casa Grace se quedó en el Perú hasta 1968. Paramonga fue un ejemplo continental de unidad productiva moderna.
En 1890, recuperados el crédito internacional y la amistad de Inglaterra, el Perú volvió a caminar.