¿Alguien sabe que ha hecho Cecilia Tait en su gestión congresal? Seguramente algo más que Susy Díaz y muchísimo más que la grisácea gestión Keiko Fujimori, pero esos por si mismos, no son meritos para encabezar una lista congresal y menos la de un partido que ha sido gobierno, y que aspira con ciertas posibilidades a volver a serlo.
Ebelin Ortiz, Leyla Chihuán, Gabriela Pérez del Solar, Cenaida Uribe, Gian Carlo Vacchelli, el ex comentarista deportivo de RBC conocido como el “angelito”, son ejemplos claros del proceso de farandulización de la política peruana. Por otro lado, la inclusión de Kenyi Fujimori, Richard Acuña y María Acuña por el fujimorismo y en la alianza por el cambio, nos hablan del mismo viejo y no tan querido nepotismo de siempre.
El caso de Kenji Fujimori, es particularmente peliagudo; el mencionado caballero se encuentra postulando en un movimiento organizado en torno al legado de su padre, en una lista en donde su hermana mayor, Keiko Sofía es la candidata presidencial. Resulta un despropósito por decir lo menos, que un movimiento surgido de un desafío a la política tradicional, converja en todos los vicios a asociados a esta. La familia Fujimori, ha terminado pretendiendo arrimar a la teta del Estado peruano a buena parte de sus familiares, amigos y ahora, hasta a la enfermera de su ya anciano patriarca. Que tal con...
Nadie dice, salvo los más ardientes y desubicados fujimoristas, que Kenji no tenga meritos suficientes, se trata de un graduado universitario en ciencias agronómicas y que cuenta con estudios de maestría, y ha realizado un intenso trabajo político engrasando la maquinaria fujimorista en todo el país, durante los últimos cinco años. Kenji Fujimori cuenta al menos con tantos meritos como cualquier integrante de juventudes de cualquiera de los partidos políticos nacionales existentes para ingresar al congreso y muchos más que buena parte de nuestros actuales congresistas.
El problema de fondo es el nepotismo en una organización que hasta a la enfermera de su líder y al chofer del tio vladi quiere llevar al congreso, lo preocupante, es que familias enteras traten al Estado peruano como su agencia de empleos amparados en la actividad política que de este modo, queda más desprestigiada todavía.
Las actuales listas congresales y particularmente la de los movimientos que aparecen con mayor opción, dejan mucho que desear en nuestro medio. Los partidos han entendido que están en una grave crisis y en vez de tratar de superarla, apelan a las maniobras de manipulación más burdas como la inclusión de figuras mediáticas y del mundo deportivo en su intento desesperado por mantenerse a expensas de la plata de todos los peruanos.
No es de esperar mucho bueno del próximo congreso, quizás solo que caiga a niveles aun más bajos que el actual. Puede pasar y no sería nada extraño. Dependerá de los liderazgos que los jefes de cada bancada y de partido puedan imponer a los suyos, pero lo que se espera es aún más fragmentación, Solidaridad Nacional por ejemplo; es un correctísimo candidato a repetir el triste espectáculo que brindo el nacionalismo en esta temporada tan próxima a terminar, de sus cuarenta y nueve congresistas electos, Ollanta Humala solo ha logrado retener seis. Todo un logro.
Tenemos circo para rato…