El informe anual de la ONG pro derechos humanos cuestiona “el apoyo ritual al diálogo” de los líderes la Unión Europea a la hora de presionar realmente a los gobiernos autoritarios. HRW deplora que la ONU apueste por una política ineficaz del “guante de seda” y traza el mapa mundial de los abusos.
Las 649 páginas del vigésimo primer informe anual de Human Rights Watch propone una radiografía de la situación de los derechos humanos en 90 países y territorios. Los primeros dardos de la ONG con sede en Nueva York van para la Unión Europea (UE), acusada de aceptar “las racionalizaciones y excusas de gobiernos represivos, sustituyendo la presión para promover el respeto de los derechos humanos con métodos más suaves como ‘el diálogo’ privado y la ‘cooperación’”. Una maniobra que es “con demasiada frecuencia una excusa para no hacer nada acerca de los derechos humanos”, sostiene el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth.
Roth asegura que “cuando existe una ausencia de voluntad política para respetar los derechos, la presión cambia el balance costo-beneficio que lleva a un gobierno a elegir la represión”. “Cuando los gobiernos exponen o condenan abusos, condicionan las ayudas militares o las contribuciones presupuestarias al fin de las violaciones, o exigen el enjuiciamiento y castigo de los responsables de violaciones, elevan el costo para los gobiernos abusivos”, explica la ONG...
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