Fue por eso que le costó bastante tener que levantarse todas las mañanas para entrenar, pero era lo que tocaba. Y es que vamos, nadie quiere ver a un Spider-Man escuálido.
Al respecto, el actor declaró:
"Me tuvieron que ayudar mucho con mi entrenamiento porque no tenía nada de disciplina ni soy muy deportista [...] Mi padre es un entrenador de natación, así que desde que pequeño he tratado de evadir todo eso. Haría lo que fuera para permanecer lejos del gimnasio"
Pues bueno, es lo que hay. Algunos disfrutan de entrenarse físicamente para sus papeles y otros no. Lo malo para Garfield es que, si la cinta tiene éxito, seguro que habrá secuelas y tendrá que seguir asistiendo a sus sesiones de press de banca.
Fuente: mascorazon.com