Djokovic, número tres del mundo, terminó con el sueño de su rival de ser el primer británico en ganar un grand slam desde hace 75 años.
El serbio, que había ganado en 2008 su anterior título en Melbourne Park, superó completamente a Murray, que ha perdido sus tres finales en Australia sin poder adjudicarse ni un solo set.
"Dedico este título a mi familia, hermanos, mi chica Jelena, a las personas que han estado conmigo durante tantos años", dijo un emocionado Djokovic mientras sostenía el trofeo.
"Ha sido un período complicado para nuestra gente en Serbia. Intentamos cada día presentar a nuestro país de la mejor manera posible, por eso esto es para Serbia", agregó.
El tenista saludó a los cientos de aficionados serbios envueltos en banderas de su nación desde el balcón de un estudio televisivo, mostrando el trofeo al estilo de los equipos de fútbol mientras escuchaba los cánticos de sus compatriotas.
"Esto significa el mundo para mí. Cualquier título de grand slam es un logro enorme. He dedicado mi vida al deporte", destacó.
"Todavía tengo 23 años, ojalá tenga más oportunidades de ganar (torneos de) grand slam. Esto realmente me da mucha motivación. Es un gran impulso a mi confianza", añadió.
El partido comenzó en medio de un bochornoso calor que debería haber favorecido al tenista escocés, quinto favorito. Pero la implacable presión forzó un error en un golpe de derecha de Murray que otorgó a Djokovic el primer set, dejando al subcampeón del año pasado con un aspecto triste y cansado durante el resto del encuentro.
MURRAY, DESTROZADO
Murray, agobiado por el ruido y reprendiéndose a sí mismo muy enfadado, se vino abajo durante la segunda manga, pidiendo silencio a gritos a su propio equipo.
Un Djokovic lleno de energía tomó el control absoluto del partido gracias a un gran golpe de derecha en los minutos finales que dejó a su rival hundido en su silla y refunfuñando consigo mismo con desesperación.
El héroe de Serbia en la Copa Davis fue a por todas durante el último set, poniéndose 3-1 tras un impresionante revés, elevando los puños y gritando con satisfacción.
Murray quedó inmediatamente destruido, pero Djokovic, con sangre fría, envió otro golpe de derecha que cruzó la pista para ponerse 5-3 a su favor, y terminó el trabajo con otro derechazo que el escocés estrelló en la red tras dos horas y 39 minutos de juego.
El serbio celebró su victoria lanzando la raqueta, la camiseta y las zapatillas al público, al tiempo que el abarrotado Rod Laver Arena estallaba de emoción.
Murray, que pretendía convertirse en el primer británico que ganaba el título desde Fred Perry en 1936, ya había perdido las finales de 2008 y del año pasado, ambas ante el suizo Roger Federer.
"No voy a perder el sueño por esto", dijo tras la derrota Murray, que el año pasado lloró tras perder ante Federer. "Quiero intentar ganar un grand slam, pero si no sucede, no sucede".
Fuente: yahoo.es