Ecos de una campaña pintoresca

Ecos de una campaña pintoresca (*)

Tienen toda la razón los que califican a la actual campaña electoral como patética. No sólo está cargada de insultos, sino que somos testigos de cómo personajes, que antes transmitían bonhomía y simpatía, hoy se han vuelto en portadores de una agresividad inusitada, innecesaria, que quita colorido a la campaña y la carga de un extraño componente repulsivo.Los insultos de Máximo San Román a Alejandro Toledo son parte de este componente. La difamación y la mentira desprestigian no sólo al que las dice sino a la política. Pretender ganar el favor ciudadano faltando a la integridad de otras personas, es impropio y quita nobleza a la lucha por el poder. En este caso específico perjudican al mismo agresor. PPK, al igual que Lourdes Flores antes, con los insultos que profirió su padre, bien puede haber perdido algunos puntos por culpa de San Román.Otro elemento que distorsiona la actual campaña política es lo pintoresco de las actitudes de ciertos candidatos. Que Luis Castañeda Lossio y Keiko Fujimori se corten el pelo para un examen toxicológico, es realmente histriónico y demuestra el bajísimo nivel de estos señores que dicen que hacen política. Dudo mucho que ambos candidatos se hubieran animado a hacer este gesto si es que Jaime Bayly fuera postulante al sillón presidencial.Hace poco más de un año Jaime Bayly causó revuelo en el escenario político al anunciar su candidatura y exponer parte de sus propuestas de gobierno. Ellas incluían la legalización del consumo de drogas, la unión de homosexuales, la igualdad de credos y la libre decisión en caso del aborto. Cuando ello ocurrió, muchos de los que hoy se rasgan las vestiduras se quedaron en silencio. Optaron por mantener un perfil bajo. No hicieron una polémica por temor, de hecho, a ser pulverizados en uno de los programas que conducía Bayly en televisión. Algunos columnistas llamaron ideas libertarias a estas propuestas –y claro que lo son- pero, por defectos de forma en la comunicación del mensaje, el debate no prosperó.Quedan poco más de dos meses para que se sepan los resultados de las elecciones generales. Por tanto aún queda tiempo para que, alejándose del ridículo y el escándalo, los candidatos hagan de la docencia y del mensaje una forma de enterarnos de sus propuestas. Un país que quiere ser desarrollado tiene que empezar por mejorar en la calidad de su debate público. Y este, a la luz de los acontecimientos recientes, se encuentra en un nivel paupérrimo, impropio de un país que viene creciendo económicamente desde hace 10 años.Ing. Juan Sheput(*) Columna publicada en Diario 16 del 2 de febrero del 2011

Fuente: Mate Pastor